Más allá de la crítica destructiva y estéril que se generó a partir del 25 de julio del 2024, producto de la juramentación del nuevo contralor Cesar Aguilar Surichaqui, sus supuestos vínculos con el señor Cesar Acuña Peralta y algunas decisiones primigenias sobre algunos nombramientos poco felices de personas vinculas a alianza para el progreso, que luego rápidamente se corrigieron dando marcha atrás, hoy seis meses después podemos hacer un balance positivo de como se ha dinamizado y reenfocado la manera de realizar el control del gasto público en nuestro país.
Generalmente y durante años, todo funcionario público veía el accionar de contraloría con desconfianza, era la entidad que ponía trabas, sobre burocratizando los procesos de toma de decisiones respecto de cualquier actividad que realizaba una entidad pública, convirtiéndose en el persecutor del más mínimo error de los colaboradores estatales, penalizando sus decisiones y llevándolos a procesos judiciales o recomendando sanciones administrativas.
Hoy se ve a un contralor mucho más activo, que viaja por todo el Perú, supervisando obras, visitando hospitales, pero sobre todo llevando el mensaje que se debe priorizar y reforzar el “Control preventivo”, es decir, contraloría ahora, pondrá énfasis no solo en evidenciar los errores y sancionarlos, sino principalmente en orientar a los funcionarios de todo el país, en el uso adecuado de los recursos o bienes del Estado, evitando de esta manera que se cometan infracciones a las normas.
Otro cambio, que podría parecer menor, pero por eso no es menos significativo, es haber mejorado y hecho más simple, el tedioso sistema de declaraciones juradas que anualmente debe presentar todo funcionario público, ahora es mucho más sencillo y transparente, ahorrando centenares de miles de horas hombre, que se pierden elaborándolas.
Con estos y otros cambios, la nueva visión del contralor no es la de ver al trabajador estatal como un delincuente o infractor al cual perseguir, sino sumar esfuerzos con él, para ayudarlo a que se pueda ejecutar correctamente los presupuestos y que estos lleven los servicios ciudadanos que verdaderamente la población requiere.
Esperemos que la Contraloría siga en esta línea de sumar esfuerzos, para que se puedan destrabar los proyectos y sacar adelante a nuestra patria.