A propósito del día de la madre y el papel importantísimo que juegan las peruanas en la formación de los futuros ciudadanos, valdría la pena analizar las cifras del “Repositorio único nacional de información en salud”, estas muestran un proceso peligroso de desfamiliarización de la sociedad peruana, habiendo entrado en un círculo vicioso que con políticas públicas en favor de la refamiliarización de nuestra patria podría revertirse.
Más allá de que algunos lectores piensen que mi posición es conservadora o no, Este estudio refleja una situación sumamente preocupante, ya que muestra que el 84% de las mujeres que tienen hijos en nuestro país, son madres solteras, no casadas, ni convivientes, es decir son el único sustento económico y emocional de esos niños. Sustento que según cifras es 30% menor que el de hogares con dos padres, llegando a tener problemas para costear la educación de sus hijos un 45% de estas madres.
Más allá del tema económico en una familia es necesario la combinación de ambos padres como núcleo del hogar, es imprescindible para el buen desarrollo emocional del niño contar con un soporte familiar mínimo, en su primera etapa.
La falta de políticas públicas que permitan desde los colegios orientar o educar a las adolescentes a elegir correctamente con quien tener hijos y a los niños a asumir una paternidad responsable, sumado a una nueva moda de sexo irresponsable, desenfrenado y libertino, está provocando que las familias se desconformen, en un camino de eliminación de la dependencia del ser humano de la configuración familiar, este proceso negativo debe revertirse y para ello se necesita el concurso de todos los actores de la sociedad.
Permanecer indiferentes ante este grave problema social, traerá consigo ciudadanos destinados a tener una educación precaria por la falta de recursos y psicológicamente débiles por no haber tenido soporte sentimental suficiente desde niños, esto a su vez repercutirá en una sociedad llena de traumas y taras, está en manos de nuestros gobernantes corregir esta situación, son necesarias políticas públicas que eduquen a nuestros niños, campañas de prevención de embarazos en adolescentes y planes de apoyo a las madres solteras sin recursos, siempre teniendo presente que las familias son las células fundamentales de nuestra sociedad.