A más de doscientos años de nuestra independencia, cabe reanalizar si realmente somos un país que ha logrado consolidarse como una nación.
Hemos pasado a lo largo de nuestra historia de ser el imperio más grande e importante del continente, a ser una colonia española, para luego entrar en una guerra fratricida dividida en cuatro frentes, el primero integrado por españoles que buscaban mantener el estatus quo del país como colonia española, el segundo grupo de peruanos que querían que Perú se mantenga bajo el yugo español, basta con recordar que el noventa por ciento del ejército español que lucho en contra de la independencia era integrado por peruanos, el tercero era integrado por los hijos de españoles con peruanos que aspiraban a lograr una independencia de España para así poder ocupar el lugar de estos en la sociedad y el tercer frente era compuesto por aquellos que eran descendientes directos de los incas, mal llamados “indios”, quienes siendo los dueños de casa, eran víctimas de abusos y esclavizados por toda la colectividad de la época.
Esta lucha la ganaron aquellos que aspiraban a ocupar el puesto de los españoles en la sociedad, manteniendo una patria dividida donde quienes tenían rasgos autóctonos eran discriminados y subyugados a vivir como ciudadanos de tercer nivel. Nunca hubo una verdadera independencia, recién con el general Ramón Castilla el país empezó a tener cierta concertación de voluntades y un horizonte común, esto con idas y venidas se mantuvo poco tiempo ya que lamentablemente las fuerzas políticas atomizadas solo perseguían sus intereses subrepticios siendo incapaces de dejarlos de lado para enrumbar la patria hacia el desarrollo, es así que llegamos a tener terrorismo y consigo nació la idea de que solo un gobierno autocrático podría liberarnos, eso ocurrió, logrando acabar con sendero luminosos, el movimiento revolucionario Túpac Amaru y se le dio cierta estabilidad a la economía del Perú, lamentablemente la autocracia devino en dictadura terminando nuevamente en marchas y atomizaciones políticas que provocaron el fin del régimen y el inicio de una supuesta luna de miel democrática que duraría poco, para nuevamente ingresar en un círculo vicioso de presidentes vacados, atomizándonos de nuevo como sociedad.
Ser una nación implica tener como sociedad una unidad de criterio respecto a nuestro proyecto de vida en común y tener un plan colectivo respetando las diferencias de todos pero sin perjudicar a los demás.
Esperamos en estas fiestas patrias que el gobierno busque la unidad nacional, sin más promesas estériles sino con el inicio de acciones concretas para solucionar los problemas del país, como son la inseguridad ciudadana, la casi nula reactivación económica y la debacle de los sistemas de educación y salud.
¡Felices fiestas patrias para todos! ¡Viva el Perú!
