Con la derrota de la izquierda peruana en las elecciones municipales en todo el país y la caída del gobierno del ex presidente Castillo, la derecha en el Perú tiene un gran reto, más aún cuando han ganado electoralmente a nivel provincial la capital de la República y, distritalmente, el distrito con mayor recaudación de la nación, como lo es Santiago de Surco.
Por un lado, Rafael López Aliaga, nuevo alcalde de Lima, quien encarna a la derecha conservadora y por el otro Carlos Bruce, nuevo alcalde de Santiago de Surco, quien representa a la derecha liberal.
Ambos con trayectorias conocidas, uno es un ingeniero industrial, empresario exitoso, católico devoto, de ideas claras y pensamiento directo, por su parte Carlos Bruce es economista, empresario, reconocido por su gran capacidad de volver entidades estatales eficientes, ejecutor eficaz, y experto en convertir recursos públicos en bienestar para los ciudadanos, como lo hizo en varias oportunidades como ministro de vivienda.
Teniendo en cuenta que ambos alcaldes son los mejores exponentes de las diversas vertientes de la derecha nacional, han generado una gran expectativa en la ciudadanía, por eso, hoy tienen un gran reto, el de demostrar que ese cliché que la izquierda le quiere endilgar a la derecha de no saber gobernar para las mayorías, no es más que un eslogan utilizado por estos grupos para desacreditarla.
Bruce empieza bien, sabiendo escuchar el reclamo vecinal de las mayorías respecto a los abusos del sistema de grúas en la ciudad. Es así que tomó la decisión de desactivarlo.
“Fiscalización y orden sí, pero sin abuso”, indicó. Luego lanzó Surco Salud, un sistema de atenciones a costo social para el vecino surcano, pagando apenas 25 soles por la consulta médica.
Otra medida bien vista por la población fue el cierre temporal, para poner en valor, del principal parque de nuestra comuna, el llamado “Parque de la amistad”, para remozarlo y hacer las mejoras necesarias para que esté a la altura de las necesidades de las mayorías que reclamaban por el calamitoso estado del mismo.
López Aliaga amaneció la madrugada de año nuevo tomando posesión de la gestión municipal y trabajando por Lima. Luego de juramentar como autoridad, anunció el inicio del proceso de renegociación de los peajes que fueron concesionados de manera corrupta por la gestión Villarán y que viene perjudicando con sus altos precios a millones de peruanos.
Ambos alcaldes empiezan bien, ambos tienen sobre sus hombros no solo la responsabilidad histórica de hacer un excelente gobierno para honrar el compromiso con sus electores, sino la posibilidad de tatuar sus nombres en la historia como aquellos que rompieron el mito de que la derecha solo gobierna para los ricos. ¡A trabajar alcaldes!
En sus manos está el cambiar para bien, la historia de nuestras ciudades y quien sabe luego del país, los peruanos estaremos vigilantes.