El último sábado 17 de febrero todos los peruanos hemos sido testigos de la barbarie de un grupo de desadaptados, que buscan convertir la celebración posterior a un escenario deportivo en un campo de batalla, donde la violencia tiña de sangre algo que debería ser un momento de esparcimiento amical o familiar, el gobierno por su parte sin buscar una solución integral y duradera, tomo como primera medida que los equipos involucrados jueguen sin tribunas populares en su próximo encuentro, esta iniciativa a los únicos que perjudican son a los hinchas populares que hoy son obligados a hacer un doble esfuerzo y pagar una entrada más cara, el estado debe ir contra quienes causen los disturbios y tomar quizás el ejemplo de países que ya han solucionado problemas de barristas violentos, como es el caso de los “Hooligans” grupos de aficionados al futbol, quienes mantuvieron por años en zozobra a las autoridades inglesas por el nivel de agresividad y vandalismo causados por ellos.
En 1989 Inglaterra decidió tomar acciones drásticas contra el grupo denominado “Hooligans” y todo aquel que cause disturbios antes, durante y después de actividades deportivas, Inglaterra entendió que una banda de criminales disfrazados de su afición deportiva no podían quedar impunes, implementando medidas que lograron devolver la paz al deporte rey, estas normas y acciones deben usarse como base para adaptarse y regularse a nuestra realidad e idiosincrasia nacional y así combatir a estos delincuentes que al día de hoy buscan esconderse como aficionados deportivo.
Limitar a que la tribuna popular no esté en los partidos, lo único que hace es asentar una falsa percepción de discriminación o criminalización de solo un sector de hinchas, cuando hemos podido ver violencia deportiva hasta en palcos, como lo fue el lamentable caso “Oyarce”, el estado debe dar un plazo e incentivos tributarios para que se implementen en todos los estadios ingresos electrónicos y sillas numeradas, vendiendo las entradas con el binomio documento de identidad/silla numerada, se tendría la identificación plena de quienes pudiesen cometer acciones antisociales durante el evento deportivo, esto permitirá dar normas que sancionen a los infractores con limitar su ingreso a algunas fechas y de causar desmanes o delitos prohibirlo de manera permanente a cualquier acontecimiento deportivo, los clubes deportivos por su parte deben formar grupos de elite especializados en manejo de masas, que temporalmente hasta que logren el numero requerido, deben ser apoyados por una unidad de la policía nacional que debe agruparse y desagruparse para las fechas necesarias, estas y otras disposiciones como penalizar sus medios de transporte, ayudarán a que todos los peruanos podamos disfrutar de un espectáculo deportivo rodeado de nuestras familias y amigos, seguros de que no seremos agredidos ni asesinados en el intento.
No más Hooligans en el Perú.