A una semana del intento frustrado de golpe de Estado, sería estéril ensayar explicaciones o encontrarle alguna lógica a esa irracional decisión.
A lo que sí debemos prestarle atención es a los efectos desencadenados por el golpe, vacancia presidencial y posterior juramentación de la nueva presidente de nuestro país.
Tengamos en cuenta que miles de ciudadanos vienen tomando las calles, bloqueando carreteras y manifestándose en plazas, pidiendo nuevas elecciones.
Exigen que la ahora presidente cumpla su palabra y renuncie como lo dijo enérgicamente en diversos discursos al lado del expresidente Castillo en el interior del país.
En medio de ese convulsionado escenario juramentó como premier Pedro Angulo Arana, ex fiscal anticorrupción, ex Decano del Colegio de Abogados de Lima y ex miembro del Consejo ejecutivo del Poder Judicial, hombre de conocida trayectoria para la sociedad jurídica peruana pero poco reconocido para el común de los peruanos.
Habrá que preguntarnos si su conocimiento jurídico será suficiente para sacarnos de esta enorme crisis en la que hemos caído.
Teniendo en cuenta que el ex premier Aníbal Torres Vásquez también era ex Decano del Colegio de Abogados, incluso Decano de los Decanos del Colegio de Abogados de Lima y a pesar de eso su desempeño como premier fue deficiente por su inexperiencia política, Angulo deberá ayudar a conducir el país en medio grupos radicales en protestas, volcados a las calles pidiendo nuevas elecciones.
Necesitará conciliar con un Congreso fragmentado en diversas bancadas, muchas de ellas, según investigaciones fiscales con serio cuestionamientos de corrupción y cuoteo de puestos públicos, también tendrá el enorme reto de colaborar con un Ministerio Público en las varias investigaciones pendientes a la Presidente.
El panorama es complejo y no habrá oportunidades para equivocarse, toda falla será aprovechada por los extremistas, tanto de izquierda o derecha para radicalismos que nos lleven nuevamente al círculo vicioso de incentivar el odio entre peruanos.
Todo error será excusa para señalar que el sistema es óbice de los cambios necesarios para las mayorías, toda guiñada de ojo entre el Congreso y el Ejecutivo será vista como un arreglo bajo la mesa.
La población ya está harta de toda la clase política, ver fotos de congresistas sonrientes en plena crisis visitando a la nueva mandataria no suma para apaciguarlos, observar a una Fiscal de la Nación visitar Palacio de gobierno cuando antes no lo hacía indicando que el exmandatario Castillo estaba investigado y la ahora Presidenta también lo está pero a ella si la visita no ayuda a calmar a los manifestantes.
Por ello estoy convencido que solo el adelanto de elecciones podrá calmar la calle, volverse negacionista del enorme aprieto en el que estamos o todo egoísmo de aferrarse al poder hoy, nos conducirá a que en las próximas elecciones gane algún extremo que nos dirija al abismo.
La Presidente ya lo anunció, ahora está en sus manos y las del Congreso implementar cuanto antes está la solución, elecciones generales ya.