Manejado por Barak Obama y la extrema izquierda y contando con el apoyo de Irán y Qatar y el beneplácito de Hamas y los antisemitas del planeta, el presidente Joe Biden ha propuesto un plan para la destrucción del Estado de Israel, y pasar a la historia como el mayor genocida del pueblo judío. Cree que un futuro Califato Islamista le edificará un monumento en reconocimiento.
Señor Biden, con todo respeto en relación con su ignorancia y mala fe le informo por si no se enteró todavía que el pueblo judío es muy terco y no se rinde fácilmente. Lea la Biblia y se enterará de que “Sansón cuando murió lo hizo con todos los filisteos”. Así es que no la van a tener tan fácil.
Netanyahu ha reiterado que las condiciones de Israel para terminar la Guerra no han cambiado y son: la completa destrucción de la capacidad militar y de gobierno de Hamas, la liberación de todos los rehenes y asegurar de que Gaza nunca más sea una amenaza para Israel. Estas condiciones se deben cumplir en su totalidad para un cese permanente de la guerra.
Sin embargo, un representante del gobierno de Israel dijo que Biden se equivocó en la propuesta que presentó y que malinterpretó los términos que Israel aceptaría para un cese de las hostilidades.
Disculpa Israel, Biden no se equivocó ni malinterpretó nada. Biden se limita a leer el papel que le ponen delante los titiriteros señalados al comienzo. Él es sólo un títere o una marioneta.
Me pregunto por qué Israel acepta tantas amenazas de la administración Biden que ha demostrado que está de acuerdo con el plan presentado por Hamas. Al parecer el gobierno de Israel quiere seguir lo que pregonaba Jesús de Nazareth de poner la otra mejilla cuando nos golpeaban en una. Jesús en su bondad creyó que nuestro agresor no se iba a atrever a golpearnos por segunda vez y por lo tanto no dijo que había que hacer si al poner la mejilla se recibía un segundo golpe y un tercero. Es eso lo que Israel está aceptando de Biden sin por lo menos decirle: ¡Basta ya, que te has creído!
Analicemos en que consiste el brillante plan de Biden y compañía. Mi primera reacción fue sin leerlo era de que debe ser totalmente a favor de Hamas ya que los enemigos de Israel lo apoyan. Al final lamentablemente lo he confirmado. Efectivamente la propuesta de Biden le otorga a Hamas todo lo que ellos piden y los deja con todo su poderío y con la seguridad de que cuentan con el apoyo no sólo de sus auspiciadores y financiadores Qatar e Irán, pero de un nuevo aliado, el gobierno de los Estados Unidos.
He examinado diferentes fuentes y coincido totalmente con Daniel Greenfield en su análisis y opinión.
El 7 de Octubre Hamas tenía un plan A y un plan B. El plan A era destruir a Israel y matar a todos los judíos. El Plan B era retirarse, organizar emboscadas y llorar el genocidio mientras inventaba bajas falsas organizando atrocidades hasta que sus aliados islamistas e izquierdistas lograran salvarlo mientras usaba rehenes y sus cuerpos como elemento de negociación.
Biden, quien había anunciado en diciembre que daba su apoyo a Israel, ahora anunció una propuesta de acuerdo que consta de 3 (en realidad 4) fases.
Fase 1. Hamas libera a algunas rehenes sobrevivientes y devuelve los cuerpos de los demás a cambio de que Israel libere a cientos de terroristas. Luego Israel se retira de Gaza y Hamas retoma el control.
Fase 2. Negociaciones interminables para el posible regreso del resto de los rehenes, ya que Hamas tiene total control sobre Gaza una vez más.
Fase 3: Estados Unidos envía miles de millones a Hamas para reconstruir Gaza a cambio de algunos cuerpos de rehenes.
Fase 4: Hamas traza su próximo ataque.
El plan, presentado como propuesta de Israel, es realmente la propuesta de Egipto y Qatar y ahora presentada por Biden y respaldada por Obama, cuya gente está ejecutando la política exterior en esta administración.
La retirada israelí de Gaza sería una ‘gran victoria para Hamas. Esto es lo que Israel y Hamas obtienen bajo este plan. Israel: Algunos de los rehenes y los cuerpos de los muertos. Hamas: Gaza, miles de millones en ayuda extranjera para reconstruir su infraestructura y la capacidad de reclamar la victoria porque en realidad habrá ganado la guerra.
El acuerdo no requiere la rendición o eliminación de Hamas o la partida de los líderes de Hamas. Todo lo que Hamas tiene que hacer es devolver algunos cuerpos y los rehenes que quedan rehenes.
Para tratar de hacer esto atractivo, Biden afirmó que «la gente de Israel debería saber que pueden hacer esta oferta sin ningún riesgo adicional para su propia seguridad porque han devastado las fuerzas de Hamas, en los últimos ocho meses y que Hamas ya no es capaz de llevar a cabo otro 7 de octubre ”.
En esto hay total falta de credibilidad. Nadie en la administración Biden esperaba que Hamas fuera capaz de llevar a cabo lo del 7 de octubre el día antes de que sucediera. Nadie en Israel tampoco lo esperaba. Pero lo único que es innegablemente cierto es que el camino más probable hacia otro 7 de octubre es dejar que Hamas se reagrupe, retome a Gaza y obtenga miles de millones en ayuda para lograrlo.
A cambio Biden detiene las transferencias de armas a Israel y le da a Hamas todo lo que quiere y lo pone en camino de ejecutar otro 7 de octubre. La única forma de evitar que eso suceda es terminar con Hamas.
Biden insiste en que Israel haga un acuerdo que dejará a Hamas intacto y en el poder y dice que los garantes del mismo son Qatar y Egipto. O Biden cree idiotas a los israelíes o simplemente lee las instrucciones que le han escrito. Si, la garantía de Qatar, un patrocinador estatal de Hamas y Egipto, que fue cogido con las manos en la masa con túneles que conducen a Rafah.
Este no es un acuerdo israelí o un acuerdo estadounidense. Es un trato de los terroristas islámicos para los terroristas islámicos. Y Obama y Biden, dos hombres que han hecho más para empoderar a los terroristas islámicos que casi cualquier persona en la Casa Blanca, le han puesto su firma. Es un mal negocio para Estados Unidos, para Israel y para la civilización.
