Este artículo lo fui postergando en su publicación, pero al ver y leer la reacción de la prensa adicta al gobierno español sobre la presentación que acaba de hacer el Primer Ministro de Israel ante el Congreso de los Estados Unidos me he indignado y acuso tanto al gobierno del Sr. Sánchez y a sus “ayayeros” de clara judeofobia.
A pesar de que el discurso fue interrumpido numerosas oportunidades por los Congresistas dando su total apoyo a la lucha que encabeza Israel en defensa del bien en contra de la barbarie que representa el grupo nazi terrorista Hamas los “lacayos” del Sr. Sánchez atacan al Sr. Netanyahu y al pueblo judío negándoles el derecho de defenderse de los monstruos que han proclamado abiertamente que su meta es imponer el Islamismo a todo el mundo destruyendo los valores del mundo Occidental.
Ese mal llamado periodismo es de verdadera vergüenza. Es mas aún cuando divulgan falsedades y España, Irlanda y Noruega apoyan el reemplazo de Israel por un estado terrorista.
La palestina que Irlanda, Noruega y España han reconocido está representada por los siguientes mapas que han divulgado.
En ambos el nuevo estado reconocido por estos 3 gobiernos ocupa el territorio integro del rio al mar. Israel no existe. En uno sólo aparecen símbolos musulmanes y la bandera de Palestina.
En el otro aparecen el brazo «noruego» que escribe la palabra «Palestina», el brazo «irlandés» agita una bandera palestina y la mano «española» hace una señal V con sus dedos, lo que significa «victoria».
La decisión que tomaron no tiene ninguna trascendencia práctica salvo del espectáculo para satisfacer a su extrema izquierda.
El caso de España es contradictorio porque depende del gobierno de turno. Isabel La Católica se prestó dinero de la comunidad judía para financiar el viaje de Cristobal Colón y para no devolverlo, expulsó a los judíos en Agosto de 1492.
En uno de los mapas divulgados, Israel no existe. Sólo aparecen símbolos musulmanes y la bandera de Palestina.
Los judíos españoles que se trasladaron a Israel y sus inmediaciones tomaron el nombre de Sefaradím que viene de la Palabra Sefarad (España en hebreo) y conservan hasta hoy en día el idioma español antiguo que denominan ladino que escriben en caracteres hebreos. Una relación de afecto que fue correspondida por gobiernos como el de Aznar y por odio y maldad por gobiernos como el antisemita actual de Pedro Sánchez y su ministra Yolanda Diaz que padece de judeofobia.
Lo paradójico es que Pedro Sánchez no puede encontrar un solo diplomático español dispuestos a vivir en su nueva embajada en “Palestina» por falta de comodidades y seguridad.
Posición durante la Segunda Guerra Mundial. Los tres se declararon neutrales en la Segunda Guerra Mundial. Pero el Generalísimo Francisco Franco de España fue un aliado de los nazis. La aviación de Hitler y la de Mussolini ayudaron a Franco durante la Guerra Civil española al bombardear a Barcelona y Guernica. Franco le dio a Hitler una lista de 6,000 judíos que vivían en España.
Irlanda cooperó ligeramente con los Aliados mientras Noruega fue invadida por Alemania en 1940. Durante la ocupación alemana, Vidkun Quisling de Noruega dirigió un gobierno fascista y su nombre es sinónimo de colaborador traidor.
Holocausto. En mayo, el político español Ione Belarra del partido de Sánchez atacó a Israel en el parlamento español acusándolo de competir con el nazismo.
España, Noruega e Irlanda apoyan la retórica de Palestina que equipara a Israel con la Alemania nazi, y su reconocimiento conjunto de «Palestina» es un intento equivocado de expiar la vergüenza provocada por su propio nazismo. Podrían ver su inútil diplomacia como una forma de borrar la culpa.
Antisemitismo. La diplomacia irlandesa, española y noruega en nombre de los palestinos es falsa. Están motivados, ante todo, por el odio hacia los judíos y el estado judío. Los palestinos son simples peones en su juego.
Experiencias con el terrorismo. El «estado de Palestina» que España, Noruega e Irlanda han reconocido inevitablemente continuará realizando ataques y patrocinando el terrorismo mientras el estado de Israel todavía exista. Ya sea bajo los auspicios de una «autoridad palestina revitalizada», o a través de representantes y aliados, la violencia continuará, especialmente porque la existencia misma del nuevo estado habrá surgido del ataque del 7 de octubre. Por lo tanto, es justo preguntar cómo España, Noruega e Irlanda aplicarían sus diferentes experiencias con el terrorismo para asesorar a su nuevo aliado.
Durante décadas, España ha sido el objetivo de la organización terrorista separatista vasca ETA, por lo que uno podría esperar que los españoles se opongan a todo terrorismo. Después del 11 de septiembre, bajo el gobierno de José María Asnar, las tropas españolas fueron a Afganistán y participaron en ISAF. España también formó parte de las 49 naciones que constituyen la «Coalición de los Willing» en la Operación Libertad Iraquí en 2003.
En el otro mapa aparece el brazo «noruego» que escribe la palabra «Palestina», el brazo «irlandés» agita una bandera palestina y la mano «española» hace una señal V con sus dedos, lo que significa «victoria».
El 11 de Marzo de 2004 España sufrió el bombardeo simultáneo de diez trenes en Madrid. Los miembros de Al-Qaeda se jactaron que su «escuadrón de la muerte» había golpeado a España porque era «uno de los pilares de la Alianza Cruzada». El mensaje agregó que el bombardeo era «parte de la solución de viejas cuentas con España de la época de las Cruzadas y el ser aliado de Estados Unidos en su guerra contra el Islam».
Apenas el socialista José Luis Rodriguez Zapatero fue electo en reemplazo de España también ha sido atacada por ISIS, y sus fuerzas se han desplegado en operaciones contra ISIS en África e, irónicamente, en Irak. Pero a pesar de estas experiencias el gobierno actual de Sánchez apoya al terrorismo internacional representado por Hamas. No aprende la lección y sólo vale mantenerse en el poder con los votos de partidos antisemitas como el de Yolanda Diaz que padece de judeofobia.
Importancia militar. En caso de que se requiera la fuerza para apuntalar su estado, los palestinos no tienen suerte cuando se trata de sus nuevos benefactores, ya que ninguno es un poder militar particularmente importante. España es la más capaz de los tres. Pero España no ha sido un poder militar global desde la derrota de su armada «invencible» en 1588. Y ni siquiera ha sido un poder regional desde que perdió la Guerra Hispanoamericana en 1898.
Participación con UNIFIL. A pesar de sus deficiencias militares, cuando se trata de promover y proteger a los palestinos anti-Israel, los tres países son participantes activos en la fuerza interina de las Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL), creado en marzo de 1978 por la Resolución 425 de la ONU. UNIFIL es otro esfuerzo de la ONU para evitar que Israel derrote a sus enemigos.
Pretensiones diplomáticas. Los gobiernos en España, Noruega e Irlanda desean ser vistos como de acuerdo global. Para España y Noruega, sería una reanudación de sus roles diplomáticos en la década de 1990, y para Irlanda equivaldría a un nuevo papel en el escenario mundial.
Frente a la Alemania nazi, España, Noruega e Irlanda buscaron neutralidad, pero cuando se trata de Hamas, están lejos de ser neutrales. De hecho, después del 7 de octubre, y especialmente después del caso de Sudáfrica contra Israel en el CIJ, han estado firmemente del lado de Hamas contra Israel.
El 27 de mayo, el ministro de Relaciones Exteriores de España elogió el CIJ y anunció su intención de «tomar las medidas correctas para hacer cumplir esa decisión» si Israel no cumple con sus demandas de un alto el fuego. Siguió su amenaza vacía al afirmar que «pedirá a los otros 26 socios [de la UE] que declaren el respaldo de la Corte Internacional de Justicia».
En lugar de reconocer el «estado de Palestina», Irlanda, España y Noruega deberían reconocer sus propias limitaciones. Es hora de que dejen de intentar de impresionar por encima de su verdadera importancia a través del truco barato de romper filas con la UE.
El resto del mundo debería reconocer al trío como niños diplomáticos, más interesados en ganar atención para sí mismos que ayudar a cualquier otra persona o entidad.
