Todo indica que su entorno está trabajando en ese sentido. Lo están convenciendo que necesita el voto árabe y para ello debe permitir que Hamas no sea eliminado y se establezca un estado terrorista palestino contiguo a Israel para aniquilar y desaparecer al único estado judío.
Hace días vengo preparando este artículo y no lo terminaba porque cada día aparecen nuevos elementos que confirman el título. He decidido no postergarlo y hacer pública la traición que está cometiendo la administración Biden tanto a Israel y al pueblo judío como a los altos valores éticos y morales que hicieron grande a EE. UU.
Ignoro si Biden mismo no se arriesga a hacer ciertas declaraciones y encarga a miembros de su gobierno a hacerlas o es simplemente un títere manejado por personajes tan lúgubres y antisionistas (sinónimo de antisemitas) como Barak Obama, el maligno senador Sanders, el diabólico Sr. Soros y la extrema izquierda de su partido Demócrata que al parecer se han adueñado del mismo y dictan la política exterior.
Todos estos personajes se creen con el derecho de no sólo intervenir en la política de Israel indicándole a su gobierno lo que debe hacer sino también a los israelíes para que se haya nuevas elecciones. Ello ha provocado respuestas como la del exprimer ministro Naftali Bennett que dijo que dejen de intervenir en asuntos internos de Israel que “no somos una república bananera”.
Existen claros acontecimientos y declaraciones que confirman lo que expreso. Tan pronto como Netanyahu ganó las elecciones israelíes el 1 de noviembre de 2022, la hostilidad de la administración Biden se intensificó, no por primera vez, contra el propio Netanyahu.
El Departamento de Estado ayudó a financiar las protestas anti-Netanyahu que estaban destinadas esencialmente a derribar a su gobierno; primero, para que Irán pudiera obtener un arma nuclear y luego aceptar un «estado palestino», o un gobierno terrorista.
Tras la masacre del 7 de octubre, Blinken y Biden mostraron su apoyo a Israel, pero comenzaron a presionar a Israel, no a Hamas ni a Irán y tampoco a Qatar que es el patrocinador de Hamas.
Biden pudo fácilmente anotarse la liberación de los rehenes si hubiera presionado a Qatar. Muy sencillo. La administración Biden podría rescindir fácilmente el arrendamiento de 10 años de la base aérea Al Udeid de USA en Qatar cuyo contrato de arrendamiento renovó en enero a cambio de nada.
Está comprobado que Qatar es el patrocinador oficial de Hamas. Los familiares de los rehenes iban a manifestarse frente a la Embajada de Qatar en Washington DC, sabiendo que Qatar es extremadamente sensible a ser expuesto como lo que es: un estado patrocinador de terror. Pero, fueron impedidos.
“Muchos estadounidenses creen que le deben a Qatar la base de Centcom de EE. UU. Es precisamente lo contrario: es Qatar el que le debe a EE. UU., por localizar esta base allí. Sin la presencia de esta base, Qatar desaparecería en menos de una semana por acción de sus vecinos».
“Una sola declaración de un funcionario del Departamento de Defensa de EE. UU., sobre la reubicación, o incluso considerando reubicarse, esta base de Qatar a otro país que no es un patrocinador estatal del terrorismo es todo lo que se necesitaría para que los rehenes estadounidenses sean liberados. Incluso indicando que EE. UU. tiene otras opciones, además de Qatar, lo haría”.
Aunque supuestamente negocia el lanzamiento de los rehenes, Qatar no es un interlocutor honesto. Lejos de ser un «gran aliado no de la OTAN», como Biden dijo, Qatar es un patrocinador estatal del terrorismo, desde al-Qaeda, Al Shaabab, los talibanes hasta el frente de Al Nusra «e incluso ISIS», según la anterior representante de EE. UU. Ileana Ros-Lehtinen.
Qatar debe designarse como tal. Qatar ha respaldado a Hamas desde que expulsó a la Autoridad Palestina de Gaza en 2007. Qatar ha sido el principal financiador de Hamas, que proporciona más de $ 1.8 mil millones desde 2007. Hamas es la mascota de Qatar; Qatar no quiere que Hamas pierda la guerra y hará todo lo posible para asegurar ese resultado.
Otro hecho. La Autoridad Palestina, con la ayuda económica excesivamente generosa de la Unión Europea, ha erigido cerca de 10,000 construcciones árabes ilegales en áreas en disputa sin pasar por las negociaciones directas que ambas partes habían acordado. Sin embargo, la administración Biden, publicó declaraciones hostiles a Israel y a los «asentamientos» judíos en Cisjordania, como ellos denominan a Judea y Samaria que son territorios judíos de ancestro.
El 23 de febrero el actual secretario de estado Blinken dijo que la expansión de los asentamientos israelíes en Cisjordania es «inconsistente con el derecho internacional», un claro paso atrás de la posición expresada por el entonces Secretario de Estado Mike Pompeo en 2019 que: «Judea y Samaria son partes legítimas del pueblo judío y los israelíes tienen derecho a vivir allí”.
Biden ha firmado una orden ejecutiva que permite sanciones a colonos israelíes involucrados en violencia contra palestinos, después de que 5,600 ataques terroristas se llevaron a cabo contra los israelíes en 2023. Los israelíes durante el mismo período, llevaron a cabo 60 actos de violencia contra palestinos, para defenderse de agresores. La administración Biden castigó los actos defensivos de los israelíes que fueron atacados, no sus atacantes.
La administración Biden parece lista para recompensar a los terroristas. Ya lo hace. El 18 de octubre, la administración Biden dio $ 100 millones en «ayuda humanitaria» a Gaza y Cisjordania, solo 11 días después de la masacre del 7 de octubre, sabiendo muy bien que Gaza estaba controlada por Hamas y que el dinero y la ayuda terminarían con Hamas.
El 30 de noviembre, Blinken denunció la «pérdida masiva de la vida civil» resultante de la acción militar israelí en Gaza y agregó que Israel debe «respetar la ley humanitaria internacional», lo que implica que Israel no lo estaba haciendo.
Mientras tanto, Israel ha ido a extensiones extraordinarias para proteger a los ciudadanos de Gaza. Los israelíes hicieron miles de llamadas a los teléfonos celulares de los Gazanes y cubrieron Gaza por aire con folletos en árabe pidiéndoles huir a un lugar seguro, mientras que Hamas les disparaba para evitar que se vayan y más tarde les impedían tomar ayuda humanitaria.
Parece claro que a la administración Biden le gustaría ver la rápida creación de un estado palestino o al menos un «gobierno de unidad palestina», desafortunadamente compuesto por la autoridad palestina y el grupo terrorista Hamas, y, de inmediato lo reconocería.
La administración Biden y un pequeño grupo de socios del Medio Oriente están completando un plan detallado e integral para la paz a largo plazo entre Israel y los palestinos, incluido un plazo corto para el establecimiento de un estado palestino.
Las conversaciones se llevan a cabo sin participación israelí. Incluso se llevan a cabo en contra de la voluntad de casi todos los miembros del Parlamento de Israel (la Knéset) e incluso del 85% de los ciudadanos de Israel. En esa misma proporción los palestinos apoyan la creación de un estado gobernado por Hamas y sin reconocer el derecho de Israel a existir.
¿Cómo pueden los funcionarios de la administración Biden incluso imaginar poder crear un estado palestino sin la aceptación de Israel? ¿Cómo pueden no ver que crear un estado palestino terrorista sólo unos meses después de la masacre del 7 de octubre constituiría una gran recompensa por el terrorismo?
El intento de crear un estado palestino con fronteras con Israel está destinado a fracasar. Israel lo ha propuesto varias veces y cada vez que a los líderes palestinos se les ofreció uno, lo rechazaron. Los líderes palestinos han sido, de hecho, sumamente claros: no quieren un estado junto a Israel, quieren un estado en lugar de Israel. Ellos mismos han anunciado que un estado palestino será un estado terrorista.
La administración Biden está dando todas las impresiones de que está accediendo a las presiones de la extrema izquierda de su partido que le ofrece para las elecciones de Noviembre el voto árabe estadounidense si consigue que Israel pierda la guerra con Hamas y lo amenaza con la abstención si apoya a Israel. Le están exigiendo incluso que no envíe ayuda alguna a Israel en municiones y lo presione para detener la guerra con Hamas cuando está a punto de ganarla. Ni siquiera se mencionan los rehenes y por supuesto lo que significa para el mundo que una potencia mundial como USA se incline en favor del terrorismo internacional sacrificando los valores por los que su país siempre se declaró líder mundial.
Y precisamente hace dos días EE. UU. dejó, con su abstención, que se aprobara en el Consejo de Seguridad una moción que obliga a Israel a detener la guerra sin exigirle a Hamas nada a cambio. Ni siquiera la devolución de los rehenes. Con toda seguridad fue idea del Sr. Barak Obama que hizo aprobar en las Naciones Unidas una moción similar en su último acto de gobierno.
Eso constituye verdadera traición a Israel y al pueblo judío. Pero no sólo eso, es también una traición a los valores que hicieron grande a EE. UU.
Como persona no lo acepto y lo denuncio. Como judío puedo afirmar que estamos unidos como nunca y que no permitiremos que la barbarie y las fuerzas del mal nos arrasen. Para ello contamos con el apoyo de Dios y de toda la gente decente del planeta.