Cuando en 1947 las Naciones Unidas aprobaron crear dos estados, uno judío y otro árabe en el territorio que ocupaba el Mandato Británico, los países árabes que rodeaban el área decidieron invadirla apenas los británicos se retiraran.
Al mismo tiempo recomendaron a los árabes que vivían en la zona la abandonaran por su propia seguridad. 700,000 árabes hicieron caso y 500,000 se quedaron.
En mayo de 1948 se creó el Estado de Israel que sobrevivió al ataque árabe. Los árabes que abandonaron Israel nunca han reconocido la existencia del estado judío y hasta hoy en día están en guerra para ocupar toda la zona y eliminar al estado de Israel matando a todos los judíos. Han demostrado que su propósito sigue vigente.
Sus líderes los bautizaron como palestinos y lograron que en diciembre de 1949 se creara la llamada Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees in the Near East, por su acrónimo en inglés). Debía atender al desarrollo, la educación, la salud, los servicios sociales y la ayuda de emergencia de estos 700,000 refugiados. Es la única agencia de Naciones Unidas dedicada a ayudar refugiados de una región o conflicto específicos.
En 1959 se estableció la ACNUR como la principal agencia para ayudar a todos los demás refugiados existentes en el mundo. Su objetivo es ayudar a los refugiados, eliminar su status de tales mediante la integración en su país de acogida, su reasentamiento en un tercer país o su repatriación cuando fuese posible.
Los objetivos de UNRWA han sido el de perpetuar la situación de los refugiados palestinos esgrimiendo el llamado derecho al retorno. Hoy en día atiende a más de cinco millones de refugiados palestinos que viven en Jordania, Líbano, Siria, Cisjordania y la Franja de Gaza.
Los 500,000 árabes que se quedaron en Israel suman hoy cerca de 2 millones y gozan de todos los derechos como ciudadanos de Israel y tienen representación en el Congreso. Al mismo tiempo 800,000 judíos residentes por siglos en los países árabes fueron expulsados al crearse el estado de Israel y sólo se llevaron consigo lo que llevaban puesto. Todos ellos fueron absorbidos por el estado de Israel y no se creó ningún fondo ni agencia para atender sus necesidades esenciales.
El 15 de enero se publicó en La Razón mi artículo: ¡Yo acuso! a las Naciones Unidas de antisemitismo, corrupción y terrorismo. No ha pasado ni un mes de este y todos los informes que van surgiendo apoyan mi acusación. La ONU misma está corrupta y sirve para mantener burócratas que no encuentran otra manera de ganarse la vida.
La UNRWA debía reubicar a refugiados en un plazo. Por el contrario, se ha convertido en la mayor escuela de formación de terroristas en la historia del mundo gozando de un presupuesto de 1,600 millones de dólares anuales. Dinero que no se dedica a educación y desarrollo sino a llenar los bolsillos de dirigentes palestinos, a construir túneles para almacenes de armas, a adquirir cohetes para bombardear Israel, a propagar el odio hacia los no musulmanes y para premiar a todos los que asesinan a judíos.