El informe del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional en 2024 destaca cómo la corrupción y la democracia están interrelacionadas, afectando a la paz y estabilidad global. Naciones Unidas reconoce en la democracia la mejor forma de mantener la paz con estudios que muestran que los países democráticos no van a la guerra entre sí, pero actualmente la democracia está retrocediendo en todo el mundo, siendo la corrupción uno de sus mayores antagonistas.
El analista Roberto Martínez B. Kukutschka afirma que la invasión rusa de Ucrania en 2022 ejemplifica cómo regímenes autoritarios, como el de Vladimir Putin, amenazan la paz y seguridad internacional. Putin ha consolidado su poder por medio de la corrupción y represión, eliminando controles constitucionales y debilitando instituciones democráticas, lo que le ha permitido actuar sin oposición, incluyendo la decisión de invadir Ucrania. La corrupción facilita la consolidación de la autocracia, permitiendo a los líderes autoritarios amasar poder y riqueza mediante prácticas corruptas. Los oligarcas leales a Putin, por ejemplo, han acumulado grandes fortunas con contratos públicos favorecidos y sobornos.
La corrupción no solo desestabiliza a los países desde dentro, permite también a actores extranjeros, como Rusia, Irán y Qatar, debilitar sistemas políticos en otros países mediante sobornos y otras prácticas corruptas que ponen en riesgo incluso a países con altos niveles de integridad pública.
La corrupción genera agravios en la sociedad que pueden alimentar la violencia y el conflicto, debilitando la capacidad del Estado para proteger a sus ciudadanos y responder a amenazas como el crimen organizado y el terrorismo. Esto socava la confianza en el gobierno y la legitimidad del Estado, lo que puede llevar a la violencia y al conflicto.
Países como Malí, Irán y naciones latinoamericanas muestran cómo la corrupción alimenta la violencia y el crimen organizado. La falta de confianza en la policía y las fuerzas de seguridad debido a la corrupción reduce la eficacia de estas instituciones para mantener el orden y la seguridad.
François Valérian, Presidente de Transparency International, afirma que “La corrupción continuará prosperando hasta que los sistemas de justicia puedan castigar los actos ilícitos y mantener a los gobiernos bajo control. Cuando la justicia se compra o se ve interferida políticamente, son las personas quienes sufren. Los líderes deben invertir plenamente y garantizar la independencia de las instituciones que hacen cumplir la ley y abordan la corrupción.”
La lucha contra la corrupción y la promoción de la transparencia son esenciales para mantener la paz y la seguridad. Las reformas anticorrupción deben enfocarse en cerrar lagunas legales, fortalecer los controles y equilibrios, y garantizar el acceso público a la información gubernamental.
La corrupción no solo socava la democracia, sino que desestabiliza países y regiones, facilitando la guerra y la violencia, por ello combatir la corrupción es crucial para mantener la paz, la seguridad y la estabilidad económica global.