En 2013 el Partido Comunista Chino (PCCh) emitió una directiva conocida como «Documento 9», por ser el noveno documento de este tipo que distribuye, detallando «7 peligros políticos» que amenazan la ideología y desestabilizan al régimen chino. Avalado por el presidente Xi Jinping, meses después de iniciar su mandato en 2012, el documento establece la postura china contra la influencia occidental, reforzando el autoritarismo.
- Considera la democracia constitucional occidental como amenaza al liderazgo del PCCh y socialismo con características chinas, criticando la separación de poderes y sistemas multipartidistas que socavan la autoridad del partido, incompatibles con el modelo chino.
- Rechaza los valores occidentales de libertad, democracia y derechos humanos, negando que sean universales y eternos. Afirman que son usados para debilitar la ideología socialista, promoviendo la injerencia extranjera en asuntos internos chinos.
- La promoción de una sociedad civil independiente amenaza la autoridad del partido. Fomenta movimientos ciudadanos que desafían y ponen en riesgo el monopolio del poder.
- El neoliberalismo, libertad económica sin restricciones y privatizaciones, amenazan la estabilidad económica y social china, siendo necesario el control estatal sobre la economía.
- La libertad de prensa con estándares occidentales es criticada postulando que los medios de comunicación deben estar bajo el control del partido para asegurar la estabilidad política y evitar la difusión de ideas que cuestionen la autoridad del PCCh.
- Desaprueban la reinterpretación crítica de la historia china y su propio papel, como intentos de deslegitimar su liderazgo y logros históricos.
- Las críticas a las reformas y apertura económica china son rechazadas, defendiendo las políticas del partido y negando acusaciones sobre desviaciones del socialismo.
Para contrarrestar estas amenazas, el Documento 9 propone medidas como el fortalecimiento del liderazgo por medio de la vigilancia ideológica; guiar a los miembros del partido para distinguir entre teorías verdaderas y falsas, resistiendo influencias perjudiciales; mantener un control firme sobre los medios de comunicación, alineándolos con la ideología del partido; y mejorar la gestión de la propaganda, purificando la opinión pública, especialmente en Internet.
En marzo de 2018, la Asamblea Popular China aprobó una enmienda constitucional que eliminó los límites del mandato presidencial, permitiendo a Xi Jinping permanecer en el poder indefinidamente. La decisión marcó un cambio en la estructura de liderazgo chino, revirtiendo las prácticas establecidas por Deng Xiaoping para evitar la concentración de poder en una sola persona, como ocurrió en la era de Mao Zedong.
El presidente Xi Jinping afirma que los países tienen derecho a decidir su propio tipo de gobierno, justificando y promoviendo un autoritarismo secundado por regímenes totalitarios que según el último Índice de Democracia representa al 35% de los países del mundo y un 20% de gobiernos híbridos con tendencias autoritarias.
El Documento 9 y las políticas de Xi Jinping buscan mantener un estricto control sobre la población, ideología e información en China, con preocupantes implicaciones para la democracia global. La concentración de poder en una sola persona, reprimiendo las libertades individuales, controlando la prensa, es un peligroso referente para los regímenes autoritarios que socavan los principios democráticos.
Xi Jinping expone sus políticas en defensa del autoritarismo, oponiéndose a los valores democráticos occidentales con graves implicaciones para la estabilidad política y derechos humanos, expandiendo su influencia en los países que tienden hacia modelos totalitarios. La lucha entre la democracia y el autoritarismo es una cuestión central en la política global contemporánea.