Por: Berit Knudsen // Desenmascarando la falsedad: El Caso de Pedro Huilca

por | Nov 6, 2023 | Opinión

El dirigente sindical Pedro Huilca Tecse fue asesinado en 1992, y durante más de treinta años, la versión oficial fue que el destacamento militar del Grupo Colina había perpetrado el crimen.  Pero la verdad detrás de este asesinato es un ejemplo revelador de los peligros de la mentira y la manipulación de la información por grupos de poder que ya conocemos. Hoy sabemos la verdad gracias a los Jueces peruanos que han emitido un veredicto que arrojó luz sobre un capítulo oscuro de la historia peruana.

Huilca Tecse se destacó como un líder sindical en el Perú, miembro de la Izquierda Unida, sin embargo, para la organización guerrillera Sendero Luminoso, era alguien que desafiaba su ideología extremista, este pensamiento heterodoxo le valió ser señalado y condenado por Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso.

La autoría del asesinato de Huilca Tecse se ha demostrado de manera contundente. Sendero Luminoso emitió un comunicado en su periódico oficial, El Diario, donde admitió su responsabilidad en el asesinato y calificó a Huilca de «traidor revisionista vendeobreros». Además, la policía llevó a cabo una investigación exhaustiva, que resultó en la identificación de los verdaderos autores materiales del crimen.

Pero la versión de Martha Flores Gutiérrez, viuda de la víctima, y su hija Flor de María brindó testimonios que identificaron a los agresores de Sendero Luminoso, incluyendo a una mujer entre ellos, desacreditando la versión que sostenía que el destacamento militar del “Grupo Colina” había perpetrado el asesinato, ya que nunca se habían registrado acciones de este grupo en las que participara una mujer.

Sin embargo, en 1997, una figura polémica, el general Rodolfo Robles Espinoza, intentó cambiar la narrativa de este trágico evento para avanzar en sus intereses personales. Robles había sido parte de la cúpula militar que aprobó las acciones del Grupo Colina en otro asesinato notorio, el de los estudiantes de La Cantuta. En lugar de enfrentar las consecuencias de su participación, decidió traicionar a sus compañeros y buscar refugio en Argentina. Su engaño incluyó convencer a la viuda de Huilca Tecse para que atribuyera el asesinato al Grupo Colina, acusación que fue presentada por Martha Flores Gutiérrez y Aurelio Pastor Valdivieso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en junio de ese mismo año.

Esta falsa acusación desencadenó una serie de eventos lamentables y finalmente en 2005 la CIDH emite una sentencia acusando al Estado peruano, exigiendo una serie de sanciones y exige una disculpa pública. Además, la familia de Huilca recibió una indemnización de 250 mil dólares que fue admitida por el gobierno de Alejandro Toledo. Los grupos de izquierda y los «caviares» utilizaron este incidente para promover una narrativa que ocultaba la verdad. Sin embargo, luego del largo proceso, la falsedad de esta versión ha quedado al descubierto.

El caso de Pedro Huilca Tecse es un ejemplo de los peligros de la mentira y la información tergiversada por grupos de poder. Reescribir la historia con fines políticos o personales es un acto de barbarie que impide la comprensión completa de los eventos pasados y perpetúa errores para el futuro. La verdad, aunque tarde, debe imponerse, y el caso de Huilca Tecse es un recordatorio de la importancia de cuestionar las narrativas manipuladas y buscar la verdad en medio de la confusión.

La tergiversación histórica de algunos grupos de poder cuando encuentran que la realidad no encaja con sus intereses es lamentable; situación agravada por el accionar de quienes buscan beneficios personales. La verdad merece respeto, incluso si tarda en surgir, y este caso nos podría llevar a concluir que ya es tiempo de revisar los textos de esa supuesta “Comisión de la Verdad”. Las armas de la mentira se desacreditan y su narrativa falsa se desmorona a medida que más personas exigen la verdad.


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