“Los hijos de Dios no se tocan, ni están a la venta”.
Sound of Freedom
¿Qué tienen en común las siguientes personas, aparte de pertenecer a una elite privilegiada? el príncipe Andrés de Inglaterra; Naomi Campbell, modelo; Bill Clinton, expresidente de los Estados Unidos; David Copperfield, mago ilusionista; Alexandra Cousteau, directora de cine; Alan Dershowitz, ex profesor de derecho de la Universidad de Harvard; Leonardo di Caprio, actor; Stepen Hawking, físico investigador; Heidi Klum, modelo; George Lucas, director de cine; Kevin Spacey, actor; Tom Hanks, actor y director de cine; Leslie Wexner, exCEO de Victoria Secret’s; Oprah Winfrey, presentadora de televisión. (Esta es parte de los nombres mencionados por testigos en juicio y que la jueza conservadora Loretta Preska ordenó se hicieran públicos).
Todos forman parte de las reveladoras listas de personajes vinculados a frecuentes visitas a una isla de terror donde se llevaban interminables orgias con menores de edad con el propietario Jeffrey Epstein, el mayor pedófilo mediático del presente siglo.
Pero, ¿que otro hilo conductor tienen en común los mas de 180 nombres relacionados con Epstein?, pues su militancia en el progresismo internacional (el progresismo es una ideología política dentro de la izquierda y se caracteriza por la búsqueda de la igualdad y de la defensa libertades personales). Ojo, también existen progresistas de derecha, en este punto detengamos a leer la letra chica o específicamente los valores intrínsecos detrás de libertad e igualdad, para quien puede ser malo levantar estas banderas de la libertad o igualdad, la pregunta es ¿Cómo y para qué?
El cómo se responde según el entender progre, teniendo un estado todo poderoso, que te diga que hacer de tu vida y entre tus sabanas “consideran al Estado como el principal responsable de promover las condiciones necesarias para que los habitantes puedan vivir en libertad”.
Y la “libertad” relativa mientras no se oponga al estado y mientras esa libertad profundice las contradicciones, en pocas palabras y ahí está el meollo del asunto, llevar la libertad sin Dios ni familia. Una libertad que al final se convierte en libertinaje y en donde personajes siniestros como Epstein se mueven a sus anchas.
Una de las abanderadas del progresismo internacional, la ministra de la mujer Irene Montero soltó con todo conocimiento y desparpajo la frase mas celebre en favor de regularizar el gusto por los menores: “Los niños, las niñas y les niñez tienen derecho a saber que pueden tener sexo con quien quieran”. Esa es la calaña de progresismo que lidera el mundo progre ideal.
Sin ningún empacho nos aplican la “ventana de overton” (promover ideas políticas inaceptables, impopulares en un momento dado, buscando en el futuro la aceptación pública. Ya en Europa y USA existen movimientos para regularizar la pedofilia, empiezan cambiando el nombre, Movimiento de atracción a menores o Movimiento de amor hacia los niños, todo un tinglado de aberraciones que busca es que aceptemos lo inaceptable, notificados estamos.
(*) Internacionalista
