Por: Bruno de Ayala Bellido // Madrid, la nueva “capital” de la América hispana

por | Oct 1, 2024 | Opinión

(Desde España) Esta columna la escribo en Atocha, la mítica estación de trenes, escenario del atentado del 11 de marzo de 2004, la misma de la célebre canción de Joaquín Sabina, tomando el último tren rumbo a Barcelona para ver a la familia, de golpe se me vienen recuerdos del entrañable Madrid. Un Madrid que ha sumado a su ya inigualable riqueza cultural los más diversos acentos de una América hispana que ha encontrado en esta capital un refugio, un motivo de vida, una oportunidad para volver a empezar y un faro de libertad.

Caminar por Madrid trae a la memoria miles de recuerdos: las noches en la Gran Vía, la estación de metro Callao, el barrio de La Latina, la calle de San Bernardo, la Puerta del Sol, Lavapiés, Malasaña, los años universitarios, los interminables Años Nuevos, la marcha sin pausa, pero sin prisa, los amores de primavera y los desamores de invierno, el Real Madrid de Raúl González, y los primeros acercamientos al análisis político. Pero esta ciudad, en constante movimiento, ha asumido el liderazgo económico y turístico de este gran país, desplazando a la bella Barcelona, infectada de un independentismo neurótico e irreal.

El gran mérito de esta nueva versión de la ciudad se debe, en parte, a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, una mujer de derecha que se enfrenta al gobierno del inefable Pedro Sánchez y su asesor en la sombra, José Luis Rodríguez Zapatero, el canciller de las dictaduras de nuestra América. El presidente del gobierno es un político experimentado, maquiavélico, un pura sangre en el oficio de la política tradicional, algo así como un Alan García sin la cultura woke ni el socialismo del siglo XXI. Díaz Ayuso, una dama de hierro, aunque pertenece a un partido anacrónico como el PP, representa a la mujer de la nueva derecha. Manejó la pandemia de manera profesional, sin aprovecharla políticamente, evitando el cierre de negocios, lo cual dejó al descubierto la trama social/progresista de encerrar, domesticar y hacer negociados con todo lo relacionado con la salud.

La capital española le ha robado a Miami el derecho de ser la “capital” de la América hispana, no solo por la cantidad de inmigrantes de nuestros países, sino también por la historia y por la forma en que el hispanohablante se ha integrado a la sociedad. Y de paso, desafía a la izquierda progresista, que prefiere al islam pensando más en votos que en una verdadera integración. Como dijo recientemente Santiago Abascal, líder del partido VOX y único opositor radical a toda la fauna de la izquierda española: “No es lo mismo un inmigrante procedente de un país hermano hispanoamericano, con una misma cultura, una misma lengua, una misma cosmovisión del mundo, que la inmigración procedente de los países islámicos”.

Si España, siguiendo el ejemplo de Madrid, aplicara recetas económicas tan simples como el equilibrio fiscal, un control seguro de la inmigración, dar ayudas a quienes realmente lo necesitan, realizar campañas de fomento de la natalidad, otro sería el horizonte de este país. Se acerca el cambio, de eso estoy seguro.

(*) Analista Internacional


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