Por Carlos Linares Huaringa
El 7 de octubre, el mundo fue testigo del horror en su máxima expresión: terroristas de Hamás ingresaron a Israel desde la Franja de Gaza y, con absoluto salvajismo, asesinaron a más de 1500 personas, entre hombres, mujeres y niños (muchos de ellos bebés).
Asimismo, secuestraron a 240 y los llevaron a la Franja de Gaza, donde los mantienen en túneles subterráneos y en condicione infrahumanas. Entre las víctimas hay personas de 36 nacionalidades, incluyendo la peruana.
Conforme han avanzado los días, se ha confirmado la muerte de varios de los rehenes, como es el caso de la joven alemana Shani Louk, quien fue decapitada por estos criminales; o de la ciudadana peruana israelí Margit Shnaider, quien fue hallada sin vida junto a su esposo, de nacionalidad argentina.
Tras el atroz ataque, Israel anunció una operación militar de gran escala que permita no solo la liberación de los rehenes sino también la eliminación del demencial grupo terrorista palestino.
Hamás, en su absoluto desprecio por la vida, tiene sus bases de acción ubicadas en hospitales, colegios y puntos de gran concentración civil por dos razones: para usar a dicha población como escudos humanos y como insumo de la propaganda terrorista de querer imputar muertes civiles a las acciones de defensa de Israel, cuando son los terroristas los que también mantienen secuestrados a sus conciudadanos.
Israel dio un plazo a la población civil para evacuar el norte de Gaza y dirigirse al Sur. Sin embargo, Hamás ha tratado de impedirlo bajo amenaza.
Ante este escenario, no se puede ser condescendiente con el terrorismo ni servir de tontos útiles a la estrategia de Hamás, que pretende encubrir sus crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, culpando a Israel por la acción militar de respuesta emprendida.
Es por ello que resulta repudiable la caricatura de Heduardo publicada ayer en La República, en la que, sin condenar la acción terrorista de Hamás, pretende igualar a Israel con Hitler.
Este absurdo y burdo intento por equiparar la respuesta militar Israelí con el Holocausto, banaliza el genocidio perpetrado por el régimen de la Alemania nazi contra los judíos y muestra el desprecio por la vida de las actuales víctimas de la barbarie terrorista de Hamás.
