Por Carlos Linares Huaringa
En un nuevo y despreciable intento por banalizar el genocidio perpetrado por el régimen de la Alemania nazi contra los judíos, así como el accionar terrorista de Hamás durante la masacre del 7 de octubre en Israel, el diario La República publicó otra caricatura que ofende la memoria de las víctimas de ambos actos demenciales.
En la imagen del caricaturista ‘Carlín’ se muestra el lema «El trabajo te hace libre”, que se ubica en la entrada del campo de concentración de Auschwitz, como si fuera el ingreso a Gaza.
Sin mencionar el salvajismo con el que actuó Hamás, hace unas semanas, violando y asesinando salvajemente a ciudadanos indefensos, incluyendo bebés y mujeres embarazadas, la viñeta busca equiparar el Holocausto con la operación militar de respuesta emprendida por Israel en defensa de su población y territorio.
Pero lo más grave de esta situación es el mutismo de las instituciones llamadas a emitir pronunciamientos claros de repudio a intentos por trivializar el Holocausto y el baño de sangre desatado por los terroristas islámicos el mes pasado.
Organismos como el Ministerio de Cultura y oenegés de derechos humanos como IDL, Aprodeh, Proética o la Coordinadora de DD.HH., que en otras circunstancias ponen el grito en el cielo por casos de menor gravedad, hoy muestran un silencio cómplice.
Y debemos ser claros al respecto: la ciudadanía debe identificar a las instituciones o a sus representantes que, por conveniencia o afinidad ideológica, hoy prefieren la mudez.
La verdad es que su hipócrita accionar solo los muestra como cómplices de la barbarie.
Actualmente, Hamás tiene 239 secuestrados de diferentes nacionalidades. Los mantiene en túneles subterráneos y en bases terroristas instaladas en hospitales y colegios en la Franja de Gaza.
El objetivo: que en cada enfrentamiento con las Fuerzas de Israel pueda generarse un mayor número de víctimas civiles, a fin de atribuirlas a la operación militar de respuesta israelí.
Pero la verdad es que lo que ocurre en la Franja es responsabilidad del grupo terrorista Hamás, que también mantiene como rehenes a los propios gazatíes, a los que bajo amenazas exige no desplazarse al sur de Gaza, a fin de que les sirvan como ‘carne de cañón’.
Emplazamos al Ministerio de Cultura y demás instituciones a ponerse los pantalones, no actuar como farsantes y pronunciarse de manera tajante ante este tipo de maniobras para minimizar el Holocausto y la destrucción y muerte provocada por Hamás.