Nadie lo sabe, lo cierto es que, según estudios de alcance internacional, el Perú y en especial Lima y las grandes ciudades, figuran en Latinoamérica como unas las zonas de mayor tasa de criminalidad, por las denuncias públicas que a diario se dan a través de los medios de comunicación en lo que se refiere a asaltos, robos al paso, extorsión, secuestro, asesinatos y otros delitos que van en aumento, pese a los esfuerzos de la Policía Nacional, hechos que ni con los Estados de Emergencia que ha dispuesto el gobierno y la participación de las Fuerzas Armadas, se pueden controlar. Al contrario, por intereses ajenos que obedecen a relaciones externas con los factores internos, hoy justo en el período del certamen del APEC, es propensa la intención de mayor intensidad de huelgas, paros y todo tipo de índices de criminalidad.
Pero si sabemos, a través de la Revista Intercept y otras en función a varias encuestadoras, que la Presidente más impopular del mundo es Dina Boluarte, cuyo pasado intrínseco como se sabe es de Izquierda y que pasó de trabajar modestamente dentro del estado a convertirse en Presidente gracias a una coalición de grupos de Izquierda y por eso ahora es peligroso que siga gobernando y se siga enquistando en el poder, solo por la “disculpa de la gobernabilidad” y miren lo que viene pasando en el Perú y el avance de la Izquierda con la idea de instaurar el Comunismo del Siglo XXI, la inseguridad ciudadana, el desastre del Poder Judicial y con el consiguiente caos de la cantidad de partidos políticos ya inscritos para postular a las elecciones presidenciales del 2026, “El colmo de colmos”.
A pesar de que estamos conscientes que cuando la izquierda toma el poder por cualquier medio o forma que sea “Jamás suelta el poder” ¿Qué queremos entonces? que siga Dina Boluarte legislando sin tener en consideración el sufrimiento del pueblo y lo que está pasando en nuestra sociedad, además de lo que tendrá que pasar a futuro.
Pareciera que hay un golpe antidemocrático que se viene haciendo desde el Congreso con lo que la presidente acapara y rompe la independencia de poderes, pero con un poder prácticamente sin control y con un complot que desautoriza la supervisión de otras ramas del gobierno que protegen los intereses financieros de muchos legisladores y corrupción manifiesta, es decir no legislan para el pueblo sino para ellos. Su relación con la prensa es inestable no con lo que se pregunta, sino con lo que ella quiere responder, da la impresión que fuera lo mismo a lo que sucedió y quieren algunos intereses extranjeros que sucedan como en Venezuela.
Al margen de quien haya salido como presidente en las recientes elecciones de los EEUU y que la debacle del Gobierno Boliviano se solucione o no pronto, además de lo que suceda en el mundo, después del APEC, nosotros acá en el Perú debemos hacer algo concreto y calculado con la gente pensante del congreso y patriotas de nuestra sociedad para cambiar de una vez por todas a este inoperante gobierno o darle la continuidad a algo que verdaderamente no ofrece garantía alguna a futuro.
Para cambiar al Perú como nación “Más vale prevenir que lamentar” ¡Estamos Advertidos!
(*) Teniente general FAP