¿Aparte de lucrar del Estado, qué de bueno o qué corrigieron los comunistas y caviares a partir del año 2000 de todo lo malo que dicen que se hizo en el gobierno de Fujimori? Por el contrario, la situación actual del Perú está en casi insalvable degradación en todo sentido, comenzando por el poder judicial, donde se permite que en el ministerio público, los jueces y fiscales de segundo o tercer nivel se entronicen en las decisiones exclusivas y excluyentes del congreso y ahí empieza toda la debacle que ya conocemos en la Junta Nacional de Justicia, los fiscales y jueces incapaces de poner en la cárcel a las bandas de criminales que caen a diario con el esfuerzo de nuestra PNP que los captura, muchas veces infraganti, y otras producto de su esforzada investigación.
Recordemos entonces, aquellos delitos que seguimos viviendo y viendo a diario donde los que más mueren son gente inocente del pueblo peruano y los representantes de las Fuerzas del Orden que los defienden de la Inseguridad Ciudadana promovidos por extranjeros indocumentados y alentados por la izquierda caviar, que ya se hace insoportable por la sociedad, el tráfico ilícito del oro que increíblemente ha superado con creces al narcotráfico cuyas zonas quemadas en la Selva y Amazonía ahora los favorecen para aumentar sus plantaciones de coca y opio, es decir la impunidad total en todo sentido con una corrupción generalizada que no para en ningún momento.
Hagamos memoria entonces, de los triunfos alcanzados en la década de los noventa en materia económica, lucha contra el terrorismo rural y urbano, captura de Abimael Guzmán, lucha contra el narcotráfico, la elaboración de una nueva constitución que hasta ahora ha mantenido la economía y la paz lograda contra el Ecuador, entre otros.
¿Y actualmente qué tenemos y a dónde vamos? Más de 30 partidos inscritos para las elecciones del 2026, inseguridad ciudadana desbordada, proliferación de delitos incontrolados por el ministerio público, el desinterés por las denuncias diarias, las peleas internas de los poderes del estado, la inacción de un ejecutivo que ha demostrado la continuidad camuflada del gobierno de Castillo para favorecer con su desgobierno al Comunismo del Siglo XXI y así ir destruyendo poco a poco el futuro de nuestro Estado Nación.
Aunado a lo anterior un desenfreno de la extorsión a nivel nacional, con amenazas diarias de muerte a los choferes que desplazan a los transeúntes a diferentes partes de las ciudades, provincias y regiones del país, más la quema de buses en cocheras, una galopante inseguridad ciudadana sumado al terrorismo urbano y rural que ha topado con los derechos de la sociedad en las ciudades y el campo, además de la minería ilegal que sigue propagándose abiertamente con la ayuda de presidentes regionales y la serie de desastres naturales que se han desatado últimamente.
Son factores que han descontrolado la abnegada función de la PNP, y el gobierno ha tenido que declarar de nuevo los Estados de Emergencia de siempre, que no dan ningún resultado, ahora por 60 días y en 13 distritos de Lima. Como hace un tiempo se dijo que el Estado de Emergencia en Trujillo iba a ser un ejemplo y resultó peor. Aumentar entonces la pena para una serie de delitos como ahora, el sicariato, la extorsión entre otros, construir y remodelar penales etc., todo eso, ya no representa una solución para los problemas que requieren de una actitud de fuerza como lo han hecho en otros países de la región, que siguen obteniendo resultados positivos. Lo que pasa en el Perú es que todo esto se ha convertido en un Problema de Seguridad Nacional muy grave.
La única solución que se avizora es que se aplique el artículo 137 de la Constitución y que el CCFFAA asuma el control y junto con la PNP se aplique el Plan (DIT) Defensa Interna del Territorio, con todas las Regiones Militares, Navales y Alas Aéreas incorporadas y se enfrenten como se debe los problemas de cada Región, que como se sabe una es diferente de otra.
¡Estamos advertidos!
(*) Teniente general FAP en retiro