Al inicio del siglo anterior el promedio de esperanza de vida era con grandes expectativas, no mayor a la media década. Hoy en día es evidente el aumento de la población con mayor edad y por ende con la necesidad de enfrentar diferentes desafíos.
Mi experiencia en la labor de consejería y terapia psicológica me ha llevado a reflexionar sobre este tema, más aún en este mes de abril que se celebra la psicología peruana.
Las mujeres peruanas de 50 años, al igual que muchas otras en esta etapa de la vida, experimentan una variedad de retos psicológicos y emocionales. La crisis de la mediana edad puede ser especialmente difícil para muchas mujeres, y puede manifestarse de diversas maneras.
Algunas mujeres pueden sentir que están atrapadas en una vida que no les satisface, mientras que otras pueden sentir que han perdido el sentido de su propósito y dirección. Estos sentimientos pueden ser exacerbados por la presión social y cultural de cumplir ciertas expectativas y roles de género.
Además, las mujeres en esta etapa de la vida también pueden experimentar problemas cognitivos, como dificultades para concentrarse o recordar cosas. Estos problemas pueden ser causados por cambios hormonales, así como por factores de estilo de vida como el estrés y la falta de sueño.
Los cambios hormonales también pueden causar una variedad de problemas físicos y emocionales. Las mujeres pueden experimentar sofocos, cambios de humor y trastornos en el sueño. Estos cambios pueden tener un impacto significativo en su calidad de vida y pueden ser difíciles de manejar sin apoyo y orientación adecuados.
Es importante tener en cuenta que estos desafíos no son únicos de las mujeres peruanas de 50 años, sino que son comunes en muchas mujeres, la diferencia está en la expectativa de la sociedad a los 50 que se espera casi perfección en madurez, cumplimiento de roles: esposa, madre, hija, trabajadora, responsable principal del hogar y así el éxito en tareas múltiples que pueden sobrecargar y frustrarla.
Estas son las exigencias silenciosas para el género femenino dictadas por la sociedad, que son excelentes características, pero que deben ser actividades asumidas en equipo y con el acompañamiento y apoyo de toda la familia. Por ello vemos como esta nuestra sociedad está manchada de violencia y machismo.
Sin embargo, la cultura peruana puede influir cambiando en la forma en que estas mujeres abordan estos desafíos y en cómo buscan ayuda.
En algunas comunidades, puede haber un estigma asociado con buscar ayuda para problemas emocionales o psicológicos. Las mujeres pueden sentir vergüenza o temor al ser vistas como «débiles» o «locas» si buscan ayuda. Esto puede hacer que sea difícil para ellas buscar la asistencia que necesitan y merecen.
Como psicóloga, es importante reconocer y abordar estos estigmas culturales y trabajar con la comunidad orientando a la autovaloración. Dando así un rol más auténtico a cada integrante de la familia y por ende a la mujer como ser su genuina y legitima posición. Esto puede incluir proporcionar información y educación sobre la importancia de cuidar su salud emocional y psicológica, así como ofrecer un ambiente seguro y comprensivo para que las mujeres puedan compartir sus preocupaciones y buscar soluciones.
En resumen, las mujeres peruanas de 50 años enfrentan una variedad de desafíos psicológicos y emocionales, incluyendo la crisis de la mediana edad, problemas cognitivos, cambios hormonales y problemas físicos y emocionales. Como psicóloga y redactora de artículos de opinión, creo que es importante reconocer y abordar estos desafíos, y trabajar con las mujeres para ayudarles a superarlos y vivir una vida plena y satisfactoria.
(*) Psicóloga del desarrollo humano, psicoterapeuta para el bienestar emocional.