El 1 de diciembre pasado, el columnista del diario El Comercio, Iván Alonso que a veces escribe muy ponderado, hizo una nota de las pensiones en Chile y que según el diario “La Tercera” reporta una suerte de mea culpa de David Bravo, quien fuera cabeza de la Comisión Bravo nombrada por la expresidenta Michelle Bachelet en el 2014 para analizar el sistema de pensiones de AFP chileno.
El dramático resultado, para un sistema que había acumulado como US$ 230,000 en su fondo, cosa que ayudaba como “ahorro interno” a la economía chilena, fue que para la mitad de los jubilados, la tasa de reemplazo era igual o menor al 34%.
De más está decir que una enorme mayoría le han hecho imposible con protestas al sistema su “vivencia”, el que se señaló al menos subiría el ahorro forzoso del 10 al 14% a cargo del empleador, pues ese 10% no era adecuado. Pero el sector privado que en nuestra latitud es un populismo de derecha perverso, hizo un seminario organizado por la Asociación de AFP chilenas, y este Bravo, tantos años después, presenta un “necesario rediagnóstico” que corrige un cálculo de la pensión de reemplazo.
Asegura el señor, que la Comisión Bravo trabajó con la información limitada que la Superintendencia de Pensiones le dio. Esa información comprendía solamente las remuneraciones de los últimos 10 años de la vida laboral de los jubilados. Hoy, con información más completa sobre la historia salarial de una muestra representativa de afiliados activos y jubilados, Bravo calcula que la tasa de reemplazo es del 80% para los hombres y el 58% para las mujeres, asumiendo, en ambos casos, que hayan aportado al sistema durante 35 años.
Es difícil que haya masa trabajadora que cumpla los 35 años. Y es sorpresiva la diferencia entre sexos.
Nada dice Bravo del aumento de la “Esperanza de Vida”, lo que es probable que agote el fondo a jubilarse muy rápido, de acuerdo al aumento de años de vida, Y asimismo tampoco toca que a mayor edad hay más riesgo de enfermar con entradas al quirófano y medicinas muy caras.
Y extraña que nada diga el columnista Alonso, que ese 10% no alcanza pero que la comisión AFP y el seguro (1.84%) suman la tercera parte del 10% de aporte y se cobra por adelantado y no aparecen ambos en la rentabilidad que estos promocionan con además más de 6 millones de afiliados que la mitad ya no aportan, pues el desempleo informal en el Perú es astronómico. Hasta Velarde que no quiere que se saque más dinero de las AFP, ha señalado que al menos el descuento para aporte debería elevarse al 19%, pese a que Chile determino 14% a cargo del empleador, cosa que no se ha cumplido.
Alonso escribe que un cálculo basado solamente en las remuneraciones de los últimos 10 años distorsiona los resultados porque esos años, gracias a la experiencia y los conocimientos acumulados, suelen ser los más productivos y los mejor remunerados. Al comparar las pensiones, no con lo que los jubilados habían ganado a lo largo de toda su vida laboral, sino con lo que habían ganado en sus mejores años, años que apenas abarcan el último tercio o cuarto de la vida laboral, la Comisión Bravo subestimó las tasas de reemplazo. La “deficiencia” identificada no era tal o no era, en todo caso, tan grande como se pensaba. Es decir, compra este absurdo el columnista.
Pero ojo además eso es en Chile ¿qué tiene ello con ver en Perú? Segundo este piensa en gerentes para sacar esa conclusión, pues el trabajador promedio casi siempre gana lo mismo a no ser que tenga un sindicato eficiente. Encima no hay moneda estable. Sufre de inflaciones y en Chile de devaluaciones mucho mayores al Perú, como fue en el año 2013 con el “tapering”. Es decir, no sé qué ha hecho Bravo, pero parece que ha trabajado una serie histórica con salarios de valores nominales lo que es una aberración financieramente hablando.
Y es que allá no saben qué hacer para “dorar la píldora de este sistema” que además recibe y pide más subsidios. Ah y este Alonso agrega: Que un rápido crecimiento económico hace crecer rápidamente los ingresos de la mayoría de la gente. Los aportes de los primeros años, en otras palabras, no ayudan mucho, proporcionalmente hablando, para sostener el nivel de vida alcanzado en los últimos años de trabajo. Esto termina convirtiéndose en un problema.
La verdad es que hay temas en la economía más importantes que tratar en una columna de opinión; sobre todo con el gordito Contreras, que dice cada barbaridad en los medios de comunicación sobre el recupero el próximo trimestre o que el PIA 2024 por S/ 241,000 millones que tiene al menos serios problemas de proyección en la recaudación de impuestos no se caerá en la “Trampa de la Deuda”.
Si el gordo hasta le jaló las orejas a los empresarios en el último Cade, por pesimistas. No faltaba más caramba. Palabra de gordo.