Rana Foroohar del FT señala, que hay que tratar de resolver el problema de la concentración y la competencia, que además se vislumbra mercantilista.
China ha inundado los mercados mundiales con todo producto, por su capacidad para deprimir artificialmente salarios, así como ignorar las preocupaciones ambientales y hasta las normas de la OMC.
Ello la ayuda para liderar lo de los vehículos eléctricos y asimismo su poder monopólico en muchas cadenas de suministro cruciales, incluidos los insumos farmacéuticos y los minerales de tierras raras.
En el 2022 el 41,6% de las importaciones de penicilina de EEUU. provinieron de ese país, que también tiene el 76 % de la capacidad mundial de fabricación de celdas de batería; el 73,6 % de los imanes permanentes y del 2017 al 2020, suministró el 78% de las importaciones estadounidenses de compuestos de tierras raras.
Incluso los chinos han sustituido parte de la producción de EEUU en ciertos minerales. Ese poder monopólico plantea tanto una amenaza para la seguridad como para la competitividad y China desea proteger algunas cadenas de suministro globales cruciales y eso es problema para terceros, pues nadie quiere que les corten medicamentos o productos básicos.
Esto fue posible, pues el gobierno central y local chino, desplegó subsidios durante décadas, ofreció tierras con descuento y otorgó importantes exenciones fiscales a los productores para atraer la localización dentro de China.
Además, desde 1980, la desregulación de las leyes antimonopolio en los Estados Unidos, han propiciado que Walmart vende más de la mitad de todos los comestibles en algunas áreas del país, Amazon domine el comercio electrónico, un puñado de compañías controlen el suministro de alimentos, un solo ferrocarril (BNSF) envía el 47% de todo el grano.
Y, recientemente JPMorgan adquiere otro banco en quiebra. La inflación de los alimentos está aumentando, porque las partes clave de la cadena de suministro de alimentos están dominadas por un puñado de jugadores. Esto, China y europeos, son realmente partes dispares de un problema: demasiada concentración de poder en un solo lugar.
¿Cómo cuadrar este perverso círculo?
La analista Rana señala, que Barry Lynn, el jefe del Open Markets Institute, con un grupo de expertos antimonopolio en Washington DC, sugiere que desde alimentos hasta el combustible, la electrónica de consumo, los minerales críticos, los productos farmacéuticos, etc., nadie debería representar más del 25% del mercado.
Ello al menos permite un comienzo para no guerras comerciales, frías y de clases, al principal culpable de todas esas cosas: demasiado poder en muy pocas manos.