Por: Dennis Falvy // El denominado indicador Riesgo País

por | Ene 7, 2024 | Opinión

Información de la Bolsa de Valores de Lima muestra que «Entre 2010 y 2015, sin exoneraciones, la negociación en renta variable cayó casi un 60%.

Reimplantada la misma, entre el 2015 y 2021, la negociación creció 179%. Pero en el 2023, luego de la última modificación que acotó los beneficios, la negociación ha caído 43%. Pero, hay que advertir que en parte se debe a las fuertes salidas de capital al exterior por el aumento del riesgo país».

¿Qué es entonces el Riesgo País?

Para ello señalemos que cuando la economía internacional no estaba globalizada, los indicadores de moda eran el PBI, la inflación y el tipo de cambio. Y aunque aún se usan estos indicadores para ver la solvencia o dificultades económicas que atraviesan los países por los organismos multilaterales como por los inversores, hoy con el avance enorme de la tecnología y en la era de los banqueros de inversión y la irrupción  de las Fintech y criptomonedas, que incluyen las que se supone serán respaldadas por los bancos centrales, los países necesitaban emitir bonos soberanos y por consiguiente son el Grado de Inversión y el consiguiente Riesgo País, los indicadores que en rigor importan.

El Riesgo País es un índice que pretende exteriorizar la evolución del riesgo que implica la inversión en instrumentos representativos de la deuda externa emitidos por los gobiernos de países emergentes.

En otras palabras, es el «castigo» que el mercado financiero impone por la posibilidad de «default» o no pago por parte de los gobiernos emergentes de las sumas comprometidas por los bonos emitidos por ellos. Es un hecho que, a mayor riesgo, mayor rentabilidad o tasa de interés a exigir, como es algo que se admite que es OK para el ámbito de las finanzas.

Es por ello en el mercado secundario, en que una vez los bonos están allí derivados del primario, que, se pasa de una situación de riesgo, la que se supone se puede cuantificar a una de incertidumbre, en la que, a medida que esta sea mayor respecto a un posible incumplimiento de las obligaciones de pago, el Valor Presente de los mismos tenderá a ser menor. Esto en la teoría de las finanzas se calcula mediante el Valor Presente Neto (VPN) o con la Tasa Interna de Retorno (TIR).

En consecuencia, cuanto menor sea el VPN de los pagos futuros pactados, mayor será la tasa empleada para tal reducción al presente, o, lo que es lo mismo, mayor será la TIR. En rigor, entonces, el mayor valor de esta TIR no implica que el instrumento es altamente rentable, sino todo lo contrario: es altamente riesgoso. Hay que advertir, que esta TIR por sí sola no expresa nada, se necesita consecuentemente de comparaciones o evoluciones de la misma para sacar conclusiones. Y esa advertencia es importante, pues hay mucha confusión al utilizarla sola.

Debido a que hay una gran cantidad de ofertas de «valores» las comparaciones entre TIR serían casi un imposible, pues por el complejo cálculo combinatorio de (N¡/(N-2)¡*2¡, donde N es el total de instrumentos considerados y 2 es la cantidad de elementos comparados en cada test, la existencia de 4 bonos implicaría 6 cálculos, si fueran 5 serían 10 y si fueran 100 los cotejos llegarían a 4,950. Por esto es que se ha adoptado una «convención mundialmente aceptada», la que es comparar la TIR con un bono considerado mundialmente como que no tiene riesgo: el bono del tesoro a 30 años emitido por el gobierno de los Estados Unidos.

Este se calcula comparando y cuanto mayor es en términos porcentuales la TIR de un bono de largo plazo emitido por un gobierno, respecto a la TIR de los bonos a 30 años USA la cosa es adecuada. En otros términos, si un bono de un país emergente observa una TIR de 4.40% y la TIR del Bono USA a 30 años es del 4%, el riesgo país del emisor es del 10%, (4.40% dividido entre el 4%.) lo que se mide en puntos. Y a ese 10% se lee como un riesgo país de 1,000 puntos básicos y se le conoce como «Embip», (EMBI+).

Es dable advertir que este mercado, es dominado primordialmente por inversionistas institucionales, cuyas expectativas de corto plazo y de inmediatez en sus activos líquidos, responden a indicadores que muchas veces carecen de la debida sustancia y análisis, pero que son fáciles de marketear y difundir. Pero es asimismo importante señalar que este indicador es muy importante en lo que es el Mercado de Valores, el que ha avanzado un montón debido al uso de la tecnología.


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