El Profesor Jorge Baca en reciente nota, señala que la procrastinación consiste en postergar decisiones o demorar en atender situaciones que deben enfrentarse, dedicando el tiempo a ocuparse de situaciones irrelevantes o actividades más atractivas o menos desagradables.
En rigor, “Procastinar”; no es otra cosa, que la actitud que se toma consciente o inconscientemente de aplazar ciertas actividades, a pesar de que estas puedan ser provechosas al menor tiempo posible.
Pero hago la salvedad que, en el año 2019, nada menos que el New York Times se encargó del tema y dijo que procastinar no era holgazanería. Un artículo muy bueno fue el de Adam Grant, profesor de administración y psicología en la Warton School de la Universidad de Pennsylvania, escritor colaborador de la sección de Opinión, que señaló que la “procastinación” era ok pues ayudaba a la “creatividad” y eso lo probo con diversos análisis y grupos de voluntarios.
Baca, varias veces ha sostenido que el BCRP se demoró con el ajuste de la tasa de referencia para manejar la tasa de la inflación, pero menos mal que se corrigió.
Pero subraya y a mí me parece que cree que, en el otro lado de la moneda, hay una especie de “Cisne Negro”, ya que la política fiscal del MEF, que era ejemplo de eficiencia y prudencia fiscal, se ha contagiado de la procrastinación imperante en el resto de las esferas del gobierno.
La regla fiscal introducida en diciembre de 1999 corresponde a la combinación de un límite al déficit fiscal y a un límite de crecimiento real del gasto público no financiero, así como reglas para limitar el endeudamiento de los gobiernos subnacionales. Ver: https://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Documentos-de-Trabajo/2007/Working-Paper-11-2007.pdf
Señala entonces el profesor Baca, que salvo el 2022, que se vio beneficiado por el aumento inesperado de la recaudación, producto de la reactivación postpandemia, las metas contempladas en el MMM no se cumplen. El mejor ejemplo es el resultado del déficit fiscal.
Para el suscrito, ha habido un absurdo optimismo del gordillo ministro, que goza de una tozudez fuerte, y por ello demoró en aceptar que estábamos en recesión y más bien se llenaba la boca con su “Punche Perú”.
Esto pese a que los economistas sabemos que la regla fiscal exige que, si las proyecciones arrojan un déficit fiscal que supera los límites establecidos, el MEF debe tomar medidas correctivas concretas en términos de aumento de impuestos o reducción de gastos.
Y la verdad este ministro no sé qué hace allí todavía, con el agravante que ha sido por más de un año, viceministro en el propio MEF.
El aumento de la deuda pública, aunada al aumento de las tasas de interés a nivel mundial, ha generado un crecimiento exponencial del pago de intereses del sector público. Baca hace un ilustrativo gráfico al respecto en su post.
Especialmente en épocas de tasas de interés elevadas como el que estamos viviendo. La prudencia fiscal ha sido uno de los pilares del éxito del modelo económico que nos llevó a lograr el ansiado grado de inversión y vaya que costo y de eso soy testigo.
Continuar violando la regla fiscal es una mala señal y no sólo para las clasificadoras de riesgo que nos podrían quitar el grado de inversión, sino para aquellos que quieren aun invertir en el país y este equipo del MEF la verdad que debe ser licenciado al más corto plazo posible. Y colocar gente de experiencia, profesional y de contactos, entre otros requisitos. Ver: https://prediceperu.com/2024/02/03/linterna-de-popa-430/