En el Perú además de que gran parte de la población no lee y muchos de lo que leen tienen incomprensión de lectura, los eventos meteorógicos y sísmicos son desconocidos por la gran mayoría.
Los que aún no logran comprender que hay un silencio símico desde el año 1976 que tarde o temprano hará que las placas de Nazca sean las culpables de un sismo y tsunami de 8 o 9 grados en Lima y Callao en la escala modificada y no hay prevención alguna al respecto, ni para el sismo en sí y para el post sismo.
Lo mismo sucede con el Niño que es un evento recurrente y no es un fenómeno. Se señala que ocurren cada cierta cantidad de años. Comienzan cuando las aguas superficiales del Pacífico Ecuatorial se vuelven más calientes (El Niño), o frías (La Niña), que lo normal frente a las costas de Perú y Ecuador. Pueden provocar inundaciones, sequías, incendios forestales y otros fenómenos extremos en varios partes del mundo.
El Niño es responsable de inundaciones y deslizamientos de tierra que destruyen las cosechas. Debido a que “El Niño” modifica el patrón normal de las condiciones meteorológicas, provoca otras alteraciones climáticas donde resaltan tormentas, inundaciones, tornados y huracanes.
Otro aspecto que a veces se presenta es una alteración de la presión atmosférica, lo que provoca un cambio en la dirección y velocidad del viento sobre la misma región donde se presenta.
A esta alteración se la conoce con el nombre de Oscilación del Sur (OS). Estos se pueden presentar por separado o al mismo tiempo, cuando esto último sucede se le llama ENOS (El Niño/Oscilación del Sur); en estos casos las consecuencias son más graves.
Por su alta incidencia en las zonas afectadas, debido a las inundaciones pueden evidenciarse problemas de salud tales como la proliferación de vectores así como la destrucción de hospitales, centros de salud, escuelas, redes de agua potable.
El Niño afecta la temperatura de la superficie Océano Atlántico, principalmente por el Ecuador y a lo largo de las costas de América del sur y central.
Es en este contexto complicado de entender para el lego, que encuentro que los especialistas Amir Jina, Jesse Anttila-Hughes y Gordon McCord para el New York Times, señalan que para algunas regiones, el Niño actual podría ser desastroso.
Es probable que aumenten las precipitaciones en América del Sur y que se produzcan sequías graves en Australia, Indonesia y partes del sur de Asia. Y, Señalan que ya ha habido inundaciones mortales en Perú e India, y en Australia, donde es primavera, las autoridades advierten de una temporada de incendios especialmente peligrosa este verano.
El calentamiento de El Niño se suma a las temperaturas medias ya más cálidas que vienen con el cambio climático.
Esta gente sugiere que El Niño de este año podría conducir a eventos como la pérdida de cosechas que empujan a hasta 6,8 millones de niños a una hambruna severa.
El Niño ocurre cada pocos años y comienza con un calentamiento del Océano Pacífico tropical que afecta los patrones climáticos en una vasta franja del planeta.
Todas esas áreas generalmente experimentan temperaturas más altas que el promedio y la mayoría ve una reducción de las precipitaciones, mientras que una proporción menor enfrenta un aumento de las lluvias.
Estos patrones luego se invierten cuando el patrón de clima frío conocido como La Niña se afianza.
Mientras tanto, El Niño actual ha traído el mismo tipo de fuertes lluvias a Perú este año que se cree que llevaron hace más de 500 años al peor caso conocido de sacrificio de niños, cometido, según creen los arqueólogos, para apaciguar a los dioses.
Estos analistas han investigado los problemas que causa el Niño y una de sus conclusiones es que las condiciones más cálidas y secas de El Niño aumentan la desnutrición en los niños en la mayor parte de los trópicos, donde la Organización Mundial de la Salud ya considera que el 20 por ciento de los niños tienen un peso muy inferior al normal.
Ese porcentaje aumenta en un 2,9 por ciento por cada grado de calentamiento del Pacífico tropical durante los años de El Niño, lo que afecta a millones de niños.
Se pronostica que El Niño actual será severo: el promedio de pronósticos predice que alcanzará su punto máximo a fines de 2023, ya que las temperaturas de la superficie del mar alcanzarán poco más de dos grados centígrados por encima del promedio en un año normal.
Esto sugiere que puede dar lugar a que entre 3,5 millones y 6,8 millones de niños sufran desnutrición; El número mucho menor que puede beneficiarse del aumento de las precipitaciones es de alrededor de 850.000.
Esto significa que El Niño de 2023 podría borrar un año completo de progreso en el trabajo de las Naciones Unidas para cumplir su objetivo de eliminar la desnutrición para 2030.
Por ello los autores señalan que se requerirá un gran cambio en la forma en que la comunidad internacional piensa sobre los posibles estragos que pueden causar estos patrones climáticos y cómo prepararse para ellos pues son eventos recurrentes.
Se necesitarán más recursos y una mejor coordinación entre las organizaciones internacionales de ayuda y los gobiernos para enfrentar no solo a este Niño y los futuros, sino también el empeoramiento de la crisis climática.