Joe Koechlin mi amigo de toda la vida y ahora preside Canatur, ha señalado que el turismo necesita sin duda un suave empujón gubernamental, pues esta actividad es una maravilla en todo sentido, más que nada porque genera empleos y porque llega a la gente local de formas diversas.
Como se sabe la ciudadela de Macchu Pichu tiene como base la visita de 4044 turistas día. Pero hay más que ver en Perú, acota Joe.
El respetado Richard Miorgan, para el New York Times, señala que Perú tiene Huchuy Qosqo, Waqrapukara y otros sitios arqueológicos que están tan bien conservados o son tan culturalmente significativos como el propio Machu Picchu.
Menciona que Elvis Lexin La Torre Uñaccori, el actual alcalde de Machu Picchu Pueblo, la puerta de entrada al destino de la lista de deseos en Perú que atrae a millones de visitantes cada año es un promotor nato de este atractivo turístico de nivel mundial.
Hace poco el alcalde con muchos más compartió la experiencia en desechos y gestión de residuos que hay en el lugar en una cumbre de dos días que organizó sobre avances ambientales y de infraestructura en la ciudadela Inca. Ante 99 alcaldes y otros líderes municipales de todo Perú, el Sr. La Torre habló sobre un compactador de botellas de plástico, un pulverizador de botellas de vidrio y un procesador que su pueblo desarrolló para los restos de comida de hoteles y restaurantes.
Pero el objetivo principal de la cumbre trataba de difundir prácticas efectivas para el turismo sostenible en todo el Perú, que es recurrente parte de un deseo nacional de acelerar el desarrollo turístico de sitios arqueológicos menos conocidos y sus pueblos locales tan culturalmente significativos como el propio Machu Picchu, acota el periodista del New York Times.Hay muchas maravillas en el Perú esperando ser vistas”, señala el alcalde.
Liderazgos locales como el de La Torre son importantes, pues problemas políticos del país en diciembre del 2022, provocaron una evacuación masiva de turistas de Machu Picchu y un cierre total del sitio durante 21 días. Y vaya que el turismo en el 2019 representó 8.900 millones de dólares, o el 3,9% del PBI que no es poca cosa, pero ello se puede magnificar acota Koechlin.Y en cierto modo hay la voluntad del gobierno de ayudar a esta industria turística sin chimeneas a recuperar y mejorar su participación en la economía del país.
Se sabe de parte de la autoridad, que se tiene más recursos turísticos, pero no se sabe cómo usarlos y se conoce de modelos turísticos como Egipto y la India que han ampliado sus ofertas e infraestructuras turísticas. más allá de las Grandes Pirámides y el Taj Mahal. José Koechlin, señala que “Somos una de las cunas de la civilización al nivel de Egipto o Mesopotamia. Pero se necesita de un codazo suave”. Un suave empujón.
En 1975, Koechlin fundó Inkaterra, una empresa de ecoturismo con sede en Perú que ahora emplea a 600 trabajadores en varias propiedades.
Señala el del New York Times, que uno de los empleados de Koechlin, Joaquín Escudero, fue transferido del hotel Machu Picchu de Inkaterra, donde trabajaba como gerente general, para convertirse en gerente general de Hacienda Urubamba, su propiedad en el Valle Sagrado cerca de Cuzco, en el 2014. Esta persona ha hecho un éxito pues en el 2017, fundó una alianza turística en la región que ahora incluye 14 restaurantes locales, hoteles, agencias de viajes y una clínica.Y vaya que sigue in crescendo.
Otro personaje, Caviedes, tiene especialmente esperanzas de que se pueda desarrollar el turismo alrededor de Waqrapukara, una fortaleza inca, y Vilcabamba, el último bastión del Imperio Inca antes de la conquista encabezada por los españoles en 1572.
“Cuando alguien llega a Cusco o incluso a Perú, señala, la mayoría de los nombres, de lugares, de plantas, de aves, de ríos y de montañas, son quechuas”. Esto mantiene el patrimonio cultural del idioma.
Uno de los obstáculos para la expansión del turismo en Perú es que a muchos sitios arqueológicos sólo se puede llegar mediante intensas caminatas. Después de un viaje de cuatro horas desde la ciudad de Cusco, la caminata de ida y vuelta desde el comienzo del sendero de Capuliyoc hasta Choquequirao, una ciudadela inca tres veces más grande que Machu Picchu, requiere cuatro días, pero afortunadamente ya se conoce que por el rápido aumento prepandémico de los viajes de turistas más jóvenes a la Montaña Arcoíris , que requiere una caminata de dos horas después de un viaje de cuatro horas desde Cusco, que en el año 2019, las agencias gubernamentales informaron que recibió un récord de 440.676 visitantes extranjeros.
Para crear acceso a esas posibilidades, abundan los proyectos de infraestructura. Está previsto un nuevo aeropuerto para Cusco en Chinchero , que ofrecerá servicio internacional y estará terminado en el 2025. Y se está planeando una góndola cableada a Choquequirao, que estará terminada para el 2029.
En los primeros ocho meses del 2023, el servicio de tren Andean Explorer del hotelero de lujo Belmond, desde Cusco al Titicaca generó 1.758 dólares por pasajero, frente a los 327 dólares de ingresos por pasajero de su tren Hiram Bingham con destino a Machu Picchu.
Hay sin duda un enorme potencial en turismo en el Perú y no sólo el Cusco. Se necesita el suave empujón.
