En el 2021 el Banco Central Suizo (BNS) ganó en francos el equivalente a US$ 47,000 millones de dólares y ello le dio de reservas 1 billón de francos suizos. Su política desde el 2015, es que su moneda no aumente de valor y con ello se disminuyan sus exportaciones.
Y ello pues la flexibilización cuantitativa QE y los tipos de interés cuasi negativos, en Estados Unidos y la zona del euro circundante, ejercían una presión sostenida sobre el franco. Y además por la posición de Suiza como refugio seguro durante los ataques de agitación financiera.
A pesar de ello, el franco subió más del 6.5% frente al dólar en los últimos cinco años. Este banco invertía la mayor parte de sus reservas en acciones extranjeras en lugar de bonos gubernamentales. Y lo hacía en empresas estadounidenses como Apple, Facebook y Microsoft.
Y, obtuvieron ganancias significativas en el primer semestre de 2021 debido a las mayores valoraciones de las acciones y los dividendos, a pesar de una pérdida en el mercado de bonos de 11,800 millones de francos suizos.
Ya se decía en aquel entonces que los experimentos de política monetaria del banco, serían monitoreados de cerca por una probable suba del interés.
El mismo Banco acaba de señalar una pérdida del orden de 132.000 millones de francos suizos para el año fiscal 2022. Esta cantidad es el equivalente al 17% del PBI de Suiza.
Ni la subida del precio del oro ha logrado compensar ello, protagonizado por el hundimiento de los precios de los bonos convertido en el componente con mayor peso en el balance de los centrales. Con esto el gobierno suizo no recibirá dinero alguno del banco, cosa que fue por años.
Y esto representa la mayor pérdida del Central en sus 116 años de historia. Esto debido a los cambios en el tipo de interés. Y sin duda en fila estarán pronto la Fed y el BCE.
Y es que la suba del interés tan fuerte ha generado una caída histórica en los bonos, principal activo de los Centrales.
Como anécdota cuento que un amigo financiero me señaló que esto del Central suizo es que si no pasaba se les revaluaba el franco y ello es malo para sus exportaciones.
Pero estos suizos no son tontos y el dicho dice que si un banquero suizo salta por la ventana, uno debe de saltar detrás de él.