Juan Carlos Boloña y Camet cumplieron su rol. Después de Carranza e Ismael Benavides, el MEF entró en declive. Si hablamos con resultados, las cifras son claras los Castilla, Segura, Thorne, Zavala, Cooper, Tuesta, Alva, Oliva, Arista, Mendoza, Francke, Graham, Burneo, y Contreras, lo único que han hecho es empeorar la situación.
Algunos por haber estado muy poco tiempo en el cargo, pero la mayoría (y algunos peor que otros) no han sabido retomar las tasas de crecimiento y peor mantener el nivel de prestancia e importancia del MEF. La mujer denominada Toni, hasta tenía ínfulas presidenciales la boba y gastó desmesuradamente. En realidad, temibles y encima se creen la última coca cola del desierto algunos y encima todavía aconsejan en los medios.
En rigor, Jorge Baca, en reciente post, se refiere al Cade 61, señalando que a pesar de sus intenciones y los mejores deseos de los organizadores, para generar inversión y retomar el crecimiento del PBI, ello no pudo tener un peor augurio, pues este en septiembre se redujo en 1.3% y como la demanda por electricidad ,que es un indicador importante de la producción, viene de capa caída y cuya variación anual está en el grafico que adjuntamos, ya en este mes registra una caída del 1.0%, lo cual permite anticipar que el PBI registraría caídas superiores a la registrada en septiembre, con lo que se confirma que terminará el año con una caída anual superior al 0.5%.
Su post, muestra un ejercicio de proyección que en base a cifras del FMI toma a Chile de comparación con un 3% histórico de su crecimiento por los próximos 10 años y concluye que Perú necesita un rango alto para doblar su PBI en esos 10 años.
Advierte que, en el siglo pasado, el mayor crecimiento que tuvo el Perú en un período de 10 años fue 85.9%, entre 1947 y 1957. Durante Fujimori llegamos a crecer 53.1% (1992 – 2002) y en el segundo gobierno de García (2003 – 2013) 85.8%. Sin embargo, llegar a crecer 100% en 10 años es económicamente factible, como lo han hecho varios países asiáticos. Para ello se necesita un ritmo promedio de 7.1% anual, señala.
Por ello concluye que para superar a Chile en su proyección hay cuatro factores estratégicos, tres económicos y uno extraeconómico. El primero es el crecimiento de la población en el Perú con 300,000 trabajadores al mercado laboral al año. Sólo por crecimiento vegetativo el Perú debería crecer entre 1 a 1.7% anualmente.
El segundo factor es la inversión. Para crecer 7.1% se requiere una tasa de inversión próxima al 40% del PBI. En el Perú, en el mejor de los años la inversión ha representado 29% del PBI.
El tercero es la Productividad Total de los factores, que es la clave para lograr crecer 100% en 10 años.
¿Como lograr que la productividad crezca 70% en 10 años?
La respuesta está en una mejor educación, mejor salud y sobre todo, eficiencia institucional. Pero esto sí que es complicado, menos aún con la educación pública que tenemos. Y ni hablar de la eficiencia institucional: la ley de descentralización ha sido un desastre y la gestión del sector público es un fracaso señala Baca.
Para el factor extraeconómico, es lograr la igualdad de oportunidades para todos. Hoy en día, las brechas entre la educación pública y la privada se agrandan, lo cual limita la igualdad de oportunidades, impide la mejora de la productividad, fomenta la corrupción y aumenta la tensión social.
La peor productividad la tenemos en el campo. Si no logramos aumentar significativamente la productividad de los campesinos no podremos crecer al 7.1% anual.
¿Como lograr este primordial aumento?
Con una masiva educación de los campesinos tanto en leer y escribir como en técnicas de producción agropecuaria. La siembra y cosecha de agua, el riego tecnificado y el uso apropiado de semillas y fertilizantes es lo que permitiría aumentar la productividad en el corto plazo.
Para esto Baca alude al economista Rosenstein-Rodan que llamó el “Big-Push” a efectos multiplicadores , es decir mayor demanda del sector agropecuario, genera un círculo virtuoso sobre el sector manufactura y servicios.
Pero insiste en que hay más que hacer para ese logro del 7.1% La integración de los peruanos que permita igualdad de oportunidades y la eliminación de la tensión social. Mientras tengamos variables que aumenta la brecha entre los pobres y ricos, no podremos lograr ese aumento de productividad requerido en todos los sectores. Esa diferencia de oportunidades es la que genera la corrupción y la ineficiencia a su juicio.
Señala que se necesita algo drástico, para que los beneficios de la inversión en minería e hidrocarburos den frutos.
Y remata su sugerente plan que en el Perú se podría crear un Servicio Civil de Solidaridad orientado a fomentar la unión entre peruanos y generar la igualdad de oportunidades a través de la ayuda a los más necesitados. Este programa se aplicaría a los 300,000 peruanos que cada año se integran a la fuerza laboral, y la única forma de hacerlo sería con la participación de las Fuerzas Armadas, que tienen la capacidad logística y la disciplina necesarias para administrar un gran número de hombres y mujeres.
Esta estructura, sostiene, permitiría contrarrestar el sesgo socialista en la actual educación pública, permitiría integrar a las futuras generaciones de peruanos de todos los niveles de ingresos y dar igualdad de oportunidades a todos.
Las Fuerzas Armadas se encargarían de organizar campamentos para los 300,000 conscriptos, que tomando en cuenta que existen 1,874 distritos se distribuirían en aproximadamente 2,000 campamentos de un promedio de 150 personas cada uno, a lo largo y ancho del país.
Financieramente es perfectamente viable con la producción de estos campamentos en obras de reforestación, pequeños caminos, reservorios, postas de salud, refacción de casas, escuelas, muros de contención, y otras obras sociales. Un sueldo mínimo, incluyendo beneficios, lo calcula Baca en 5,400 millones de soles = 1,500 millones de US$, que es perfectamente manejable, sobre todo considerando el rédito que se obtendría con la mejora de productividad de las próximas generaciones sin tener que esperar tanto con el sistema educativo actual que además adolece de los problemas que conocemos. Es cierto que hay un problema de libertad individual, afirma Baca; pero ese es el precio por pagar si queremos tener un país próspero e inclusivo. Se podría empezar con un plan piloto, de carácter voluntario, que permita desarrollar procedimientos y medir resultados.
Es sin duda una opinión coherente, posible y sin duda “rentable socialmente”.