Una nota de investing.com señala que las cifras del IPC en los Estados Unidos correspondientes al mes de diciembre han sido más altos de lo esperado.
Así, la inflación en término interanual sube al 3,4%, dos décimas más de lo esperado y tres décimas más que el mes anterior, lo que sigue rompe la ralentización en el ascenso de los precios que se venía dando en los últimos meses.
El IPC sube un 0.3%, una décima más de lo previsto y dos más en comparación con el 0.1% del mes de noviembre.
Por su parte, el IPC subyacente en término interanual subió en diciembre un 3,9% (una décima más de lo esperado, aunque menos que el 4,0% anterior) y en término mensual asciende un 0,3% (igual que el mes anterior).
“El dato es especialmente relevante para determinar hasta qué punto las expectativas de recortes de tipos de intervención del mercado son excesivamente optimistas.
“Aunque esto supone una notable moderación desde los niveles de doble dígito que alcanzó en 2023, aún está lejos del 2% objetivo que postula la FED.
En este contexto, Insisto en aclarar que el tema inflacionario medido con una canasta fija mediante “Laspeyres” llama a confusión si la tasa es relativamente alta, lo que fue un desastre en el primer gobierno de García y generó un “catalizador” al tema “hiperinflacionario”.
Por ello, tomo de ejemplo a España, pues miden la inflación por el Índice de Precios al consumidor como lo hace el INEI en Perú. El trabajo es bárbaro y llamo la atención que también usan el índice de Laspeyres, pues los otros índices no podrían ser recolectados fácilmente y demorarían demasiado en su procesamiento. El problema es que Laspeyres sólo mide los cambios en los precios, deja la canasta de consumo tal cual e ignora el denominado “Efecto Sustitución”.
Para inflaciones conceptualizadas así que no llegan a los 2 dígitos, tal parece que el trabajo profesional es el adecuado, pero no así si la misma es mayor. Lo público pues aun así el trabajo es muy profesional y laborioso y entiendo que algo parecido lo hace el INEI de Perú, pero con las restricciones de ser un índice global que tiene esas carencias y cuyas ponderaciones sesgan en realidad el conocer los segmentos de la demanda que sería al menos lo ideal para avanzar en análisis con este tipo de información.
Ya la denominada Inflación Subyacente, que deja de lado productos estacionales y energía, es usada por los bancos centrales. La macro economía a mi juicio tiene demasiados agregados y fórmulas numéricas, que oscurecen en muchos países el análisis, como por ejemplo el PBI si tiene muchas empresas extranjeras residentes que producen dentro del país y si bien es cierto aumentan el PBI para el país de origen, las utilidades y demás cosas como royalties, de estas empresas foráneas, hay que averiguar ello en la Balanza de Pagos. Asimismo, la formula contiene consumo e inversión.
Ambas lo hacen crecer, pero en términos de análisis es más importante la inversión que el consumo y si no hay análisis y uno se fija sólo en el número del PBI, ello puede llamar a confusión.
Dicho esto, en España el índice inflacionario se elabora con 210 mil precios, informados por 29,000 establecimientos en 177 municipios en todo el país.
Los datos se recogen en 462 artículos por personal idóneo (mediante visita personal a los establecimientos, así como por teléfono y correo electrónico. Además, mediante medios automatizados (como scanner data o web scrapping) se recogen datos de otros 493 artículos. En determinados artículos tarifados por publicaciones oficiales.
Todo ello empezó en 1936 y con la entrada en vigor del sistema base 1976, los indicadores recibieron la denominación de Índices de Precios de Consumo. Este sistema introdujo novedades importantes como clasificar consumo en ocho grandes grupos y la creación de índices para cada una de las comunidades autónomas. Desde entonces han existido otros dos sistemas de IPC, con base en los años 1983 y 1992.
En enero de 2002 entró en vigor el sistema de IPC base 2001. Entre las principales novedades del base 2001, destacaba su publicación en 12 grupos, motivado por la adaptación a la COICOP, así como a la actualización de las ponderaciones de estos 12 grupos a partir de la información que aporta la Encuesta. El caso es que se han hecho modificaciones distintas al índice En enero del 2012 se publican los datos en base 2011. En la canasta de la compra del IPC entran nuevos artículos como los discos duros portátiles, los notebooks, las tablets, la fotodepilación, la depilación láser o el logopeda. Asimismo, desparecen otros cuyo consumo ha dejado de ser significativo como el CD grabable o el alquiler de películas. Hay asimismo otros cambios importantes.
Se incorpora la nueva clasificación europea de consumo denominada ECOICOP, lo que implica mayor desglose de la información (el número de subclases se amplía hasta 219). Además, se producen cambios en la canasta de la compra. Se incorporan asimismo artículos como los servicios en línea de video y música, los juegos de azar o el café monodosis. Y se eliminan otros como el brandy, la videocámara o el DVD grabable.
En enero de 2022 se empieza a publicar el IPC en base 2021. El número de subclases se reduce a 199. En la canasta de la compra del IPC, entran nuevos artículos como las mascarillas higiénicas y la suscripción al periódico on line. Y salen otros como el reproductor de imagen, el reproductor portátil, el DVD y el compac disc.
En enero de 2023 se introduce un nuevo procedimiento de cálculo de las ponderaciones, basado en las cuentas nacionales y de acuerdo con los criterios establecidos por la reglamentación europea. Además, se amplía la cobertura de la electricidad y el gas con la incorporación de los precios del mercado libre.
Los 12 grupos del IPC base 2021 se subdividen en 41 subgrupos, 92 clases, 199 sub clases 50 rúbricas y 29 grupos especiales. Los 12 grupos que conforman el IPC y sus ponderaciones para el año 2023 son los que a continuación, adjunto en esta nota que la verdad la reproduzco, pues aparentemente en España este trabajo es sumamente profesional y asimismo se actualiza regularmente, aunque a mi juicio tiene de “bias” el índice de Laspeyres que no cambia la “canasta del consumidor”.