Keith Bradsher, jefe de la oficina de Beijing para The New York Times, con vasta experiencia en Shanghai, Hong Kong y Detroit y como corresponsal en Washington, conoce incluso fondo el tema de China Continenta escribe un post aleccionador y sumamente interesante.
Dice Keith, que a raíz de la visita a Beijing, de la secretaria del Tesoro, Janet L. Yellen, con el Primer Ministro Li Qiang, no se ha podido persuadir a China para que coopere más para abordar la crisis de deuda en los países de bajos ingresos. Ello porque la deuda interna China es inmensa, colosal. Para muchos desconocida, un misterio.
Por ello es poblemático que los bancos en China acepten pérdidas en sus préstamos a países de bajos ingresos, tales como Sri Lanka, Pakistán y Surinam, los que se enfrentan ahora considerables dificultades económicas. Esto totaliza un billón de dólares a unos 150 países en desarrollo y es un dolor de cabeza para el FMI y el club de parís y aledaños.
Pero se habla poco del quilombo que es una bomba de deuda en casa china: billones de dólares adeudados por los gobiernos locales, sus afiliadas financieras, en su mayoría fuera de los libros, y los desarrolladores de bienes raíces.
Por ello el pedido de Yellen a China, en ese viaje, para que coopere más para abordar una crisis de deuda en evolución que enfrentan los países de bajos ingresos, tiene al sistema bancario controlado por el estado de China, el que desconfía de aceptar pérdidas en préstamos extranjeros cuando enfrenta pérdidas mucho mayores en préstamos dentro de la misma China.
Nadie sabe el monto de esta enorme deuda, aunque los investigadores de JPMorgan Chase calcularon el mes pasado que la deuda total dentro de China, incluidos los hogares, las empresas y el gobierno, había alcanzado el 282 % de la producción económica anual del país.
Y eso aterra, si se toma en cuenta que ello es un promedio del 265% por ciento en las economías desarrolladas de todo el mundo y 257% en los Estados Unidos. Hay por ello quejas internas, de que los bancos deberían haber prestado el dinero a los hogares pobres y a las regiones en el país, no en el extranjero.
Aceptar grandes pérdidas en estos préstamos seria todo un problema de orden interno. Pero los prestatarios que se dan atracones de deudas que no generan suficientes rendimientos pueden meterse en problemas y tener dificultades para sus prestamistas. Eso es lo que ha sucedido en China cotidiana y recurrentemente.
A medida que su economía se desacelera, un número creciente de gobiernos locales y sus unidades de financiamiento no pueden seguir pagando intereses sobre sus deudas. El efecto dominó significa que muchas localidades carecen de dinero para pagar los servicios públicos, la atención médica o las pensiones.
Los bancos de China han tendido a prestar dólares a tasas de interés ajustables que están vinculadas a las tasas en Occidente.
La suba de la Fed desde marzo del año pasado, agrava aún más el tema y alejarse de los proyectos de construcción gubernamental parece que será una condición sine qua nom, al menos para aligerar el problema inmenso que genera esa deuda interna al sistema financiero Keith señala que la Secretaria Yellen, intentará aprender más sobre los planes económicos de China, pero puede hacer poco para influir en ellos.
El invierno pasado, 21 bancos chinos acordaron permitir que una unidad de financiamiento del gobierno local en el suroeste de China extendiera a 20 años el reembolso de préstamos que estaban a punto de vencer, y dijeron que sólo para los pagos de intereses, no el principal, los que debían pagarse durante los primeros 10 años. Pero ese acuerdo significó grandes pérdidas para los bancos, y casi todas las provincias de China han tenido problemas similares con las unidades financieras locales.
En este contexto tal parece que la deuda de países pobres a China, es inmanejable por lo que expone el autor de este post y vaya que el tema es un quilombo.
Ver el link: https://www.nytimes.com/2023/07/08/business/china-debt-explained.html