Ruchir Sharma, presidente de Rockefeller International, observa que los EEUU nunca han estado tan sobrevalorados con el resto del mundo.
Eso que la idea de Estados Unidos como una nación excepcional, superior a sus rivales y, por lo tanto, destinada a liderar el mundo, parece ya pasada de moda.
En los círculos políticos, diplomático y militares, hay quienes creen en su decadencia.
Pero en el mundo de la inversión, el término «excepcionalismo estadounidense» está más de moda que nunca. Los inversores globales están comprometiendo más capital en un solo país que nunca antes en la historia moderna.
Y el mercado bursátil estadounidense va por encima del resto con 70% del principal índice bursátil mundial.
El dólar, nunca ha estado más alto, desde que se abandonó los tipos de cambio fijos hace 50 años.
Y el consenso abrumador es que la brecha entre Estados Unidos y el mundo está justificada por el poder de ganancias de las principales empresas estadounidenses, su alcance global y su papel de liderazgo en la innovación tecnológicas.
Pero siempre hay un pero y el autor cree que el «excepcionalismo estadounidense» en los mercados ha ido demasiado lejos, en los mercados bursátiles mundiales mucho más que el 27% en la economía mundial.
El triunfo de Trump registró en noviembre el más fuerte rendimiento superior hasta el momento.
Hay inversores abrumados por el gigante mundial.
El autor dice que estuvo en Mumbai y los asesores financieros están presionando a sus clientes para que se diversifiquen fuera de la India, comprando el mercado que es aún más caro: Estados Unidos.
En Singapur, el anfitrión de un almuerzo con gestores de patrimonio les preguntó: «¿Hay alguien aquí que no sea dueño de Nvidia?»
Ni una sola mano se levantó.
En el apogeo de la burbuja de las puntocom en 2000, las acciones estadounidenses estaban más valoradas de lo que están ahora.
Pero el mercado estadounidense no cotizó con una prima tan grande con respecto al resto del mundo. Hoy es cuatro a uno.
Parte es racional, pues EEUU crece más que Europa y Japón.
No es así con muchos otros países en desarrollo.
El poder de atracción de Estados Unidos en los mercados globales de deuda y privados también es más fuerte que nunca.
El autor releva que en lo que va de 2024, los extranjeros han inyectado capital en deuda estadounidense a una tasa anualizada de 1 billón de dólares, casi el doble de los flujos hacia la eurozona.
Estados Unidos atrae ahora más del 70% de los flujos hacia el mercado mundial de 13 billones de dólares para inversiones privadas, que incluyen capital y crédito.
En el pasado, incluyendo la década de 1920 y la era de las puntocom, un mercado estadounidense en alza impulsaría a otros mercados.
Hoy en día, un mercado estadounidense en auge está chupando dinero de los demás, perjudicándolos.
Y es que hablar de burbujas en la tecnología o la inteligencia artificial, o en estrategias de inversión centradas en el crecimiento y el impulso, oscurece la madre de todas las burbujas en los mercados estadounidenses.
Estados Unidos está sobreposeído, sobrevalorado hasta un grado nunca antes visto.
Como ocurre con todas las burbujas, es difícil saber cuándo se desinflará o qué desencadenará su declive.
Pero hay escenarios que muestran que eso es ineludible, finaliza el autor de esta nota.