En México, asolada por un conjunto de mafiosos organizados tanto en la economía subterránea como la formal, por diversas razones, se vienen discutiendo dos posiciones para que este país vuelva a su normalidad. En un interesante artículo hecho por Allison Fedirka; ella parte de que en México la seguridad y el recupero de la economía están entrelazadas.
La analista Fedirka es directora de análisis de Geopolitical Futures. Trabajó para Stratfor como especialista en América Latina y posteriormente como directora regional.
La analista señala que ello ha dado lugar a movimientos independentistas, caudillos, revoluciones e incluso gobiernos paralelos.
Y, en conciencia grupos criminales organizados como los cárteles de Sinaloa y Jalisco y Nueva Generación son simplemente una expresión contemporánea de una realidad histórica.
En la economía formal, tienden a funcionar como complementos de los servicios gubernamentales.
Es una amenaza tremenda la irrupción de estos grupos en la economía formal.
Las dos estrategias principales están representadas por los dos principales candidatos presidenciales de México.
La candidata del partido gobernante Morena, Claudia Sheinbaum, quiere redoblar la estrategia utilizada por el PRI: un pacto de caballeros, por el cual los cárteles operan con relativa libertad dentro de los parámetros establecidos por el gobierno.
El beneficio de esta estrategia es que el gobierno no necesariamente tendría que recuperar el control de ciertos sectores o retomar territorios, lo que terminaría en violencia.
En cambio, los acuerdos negociados permitirían que el gobierno y los cárteles trabajaran juntos en asuntos económicos.
Como era de esperar, existe oposición a esta estrategia dentro de los círculos de seguridad y defensa, que se inclinarían a ralentizar su implementación o a impedirla por completo.
La segunda estrategia, defendida por la candidata opositora Xóchitl Gálvez, cuya visión representa al PRI, al PAN y al Partido de la Revolución Democrática, llama a una fuerte ofensiva estatal para retomar lo perdido.
La ventaja aquí es que se enfocaría en la corrupción y el poder económico que apuntala al crimen organizado, y si tiene éxito, eliminaría una amenaza a la seguridad que ha plagado a México y su economía durante décadas, y recupero del control sobre su economía.
La desventaja es que requiere una tonelada de capital político, que será difícil de conseguir si el gobierno está purgando a las bases corruptas, luchando por mantener la moral y la aceptación entre las fuerzas de seguridad, y manejando las consecuencias políticas de lo que seguramente será muerte y destrucción masivas.
En rigor, la estrategia de Morena minimizará la violencia, pero podría obstaculizar a las empresas nacionales y reducir la Inversión (IED), ya que a los inversionistas les resultará difícil confiar en un acuerdo de este tipo a largo plazo.
La segunda estrategia requerirá una enorme cantidad de dinero y recursos, lo que aumentará la probabilidad de sufrir problemas económicos a corto plazo para obtener ganancias potenciales a largo plazo.
Ninguna de las dos estrategias será inmune a los caprichos de la implementación política.
A mi juicio la solución de Morena y por ende de ese sujeto el presidente AMLO, es la que más le conviene a ese partido que busca el poder por el poder, pero que sería rebasado por esta mafia férreamente enquistada y probablemente con un montón de gente en las diferentes instituciones importantes gubernamentales.
