El nearshoring o relocalización es la estrategia con la que una empresa busca mover parte de su producción para estar más cerca de su destino final.
Tras la disrupción que provocó la pandemia, las compañías buscan cadenas de producción más cortas y resilientes, que sean capaces de mantenerse en operaciones siempre.
Las empresas no van a salirse de Asia, donde están economías como la china, con más de 1,300 millones de habitantes, y el indio, que tiene más de 1,400 millones de personas. Entonces, buscan estar más cerca del que aún es el mercado más grande del mundo: Estados Unidos.
Javier Navarro, del Blog Salmon, señala además, que México es el “Paraíso del nearshoring, por la guerra comercial que iniciara Trump a la China. Trasladar la producción a otro país lejano con coste laboral más bajo, se debe pues a Trump y al coronavirus del 2020.
No se busca trasladar la produción a un lugar lejano con bajos costes, sino a otro más cercano, aunque los costes laborales sean más altos.
Esto ha pasado en la Unión Europea, en la que países con costes más moderados como Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Rumanía y Bulgaria se unieron al bloque económico y político, haciendo que las empresas de Europa occidental tuvieran un amplio territorio en el que instalarse y obtener mejores costes.
México tiene una ventaja geoeconómica brutal, su cercanía a EEUU. Es su mayor socio comercial y además tiene un acuerdo comercial, de modo que si por un lado EEUU se beneficia de sus productos a bajo coste y un amplio mercado cercano, México se beneficia de su cercanía para proporcionar productos y servicios a un menor coste que cruzando el Río Bravo.
Pasa, por ejemplo, con la ciudad de Laredo, en el Estado de Texas. Con este cambio en la geopolítica, alrededor de US$ 800 millones de productos cruzan en camiones la frontera entre México y EEUU por Laredo diariamente, unos 27.000 millones de dólares, más que por los puertos de Los Ángeles y Long Beach, la puerta de entrada para las importaciones asiáticas y esto va in crecendo por 30% anual.
Y el autor coloca ejemplos de construcción de parque empresarial en Hofusan por chinos que quieren fabricar en México y muchas empresas más.
Este país se ha convertido en una potencia industrial. Por ejemplo, pensemos en el automóvil. Fábricas de Ford, KIA, BMW, Nissan, Volkswagen, Mazda, Audi o Toyota están establecidas desde hace tiempo.
Las exportaciones crecen a buen ritmo y su mayor mercado es como era de esperar EEUU. Recientemente Tesla anunció que abriría una fábrica en este país para fabricar su futuro modelo económico sobre el que descansan las esperanzas de la compañía.
Pero siempre hay un pero para la proyección de lo señalado señala el autor. Y ello es: “los problemas endémicos como la corrupción, el narcotráfico y la violencia asociada, la sobrerregulación y la alta deuda, con una clase política que lo cierto es que no parece muy interesada en hacerlos.
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