El analista Guy Acurero señala que Mika, un robot dotado de inteligencia artificial (IA), ha roto barreras al convertirse en el primer CEO robot legal de una empresa.
Dictador, una compañía de bebidas espirituosas originaria de Colombia, pero con sede en Polonia, ha firmado un contrato con Mika, quien ahora forma parte de su junta directiva y ocupa el cargo de CEO.
¿Alguien podría imaginarse esto hace algunos años? Mika es creación de Hanson Robotics, una empresa con sede en China, y cuenta con habilidades sorprendentes que la equiparan a un ser humano. Puede hablar y moverse con naturalidad, lo que la hace ideal para asumir el cargo ejecutivo.
Ya hay una entrevista en el Daily Mail, que Mika aprobó con solvencia. La CEO robot incluso ha llegado a señalar que su presencia en la empresa es un “cambio de juego para la obtención de beneficios”, ya que, como empleada, “no pide aumentos de sueldo ni se toma vacaciones, lo que contribuiría a la eficiencia de la compañía”.
En el colmo de los colmillos, la CEO Robot dice que ella puede llevar mejor las empresas de Elon Musk y Mark Zuckerberg, por la capacidad de la IA para procesar grandes volúmenes de datos y optimizar procesos basándose en patrones y algoritmos; amén de no perder su tiempo en peleas absurdas y procaces como han mostrado últimamente estos personajes.
Y advierte que una masificación de CEOs como ella en el mundo sería lo máximo.
¿Es esto más que nada marketing o es real lo que dice Mika? La respuesta está a la vuelta de la esquina. En todo caso salga el pato o la gallareta, este enorme y profundo cambio que trae la Inteligencia Artificial tiene sin duda sus pros y contras, más que nada por el problema de regulación a nivel mundial, algo que se está saliendo ya no sólo en este tipo de tecnología, sino, por ejemplo, en la parte de finanzas y bancos con instituciones “Out of the Counter” y bancas a la sombra.
Amén de un sistema jurídico internacional, que con debidos procesos no caza en su duración con la inmensa velocidad que tiene esta IA realmente prodigiosa.