Con todo lo que viene pasando con los bancos, la analista coeditora del Financial Times, Megan Greene, nos recuerda el experimento mental del gato de Schrödinger, lo que tiene paralelismos con el estado actual de la banca.
En rigor, no podemos saber si recientemente marcó o no el comienzo de una crisis al estilo del 2008.
Y es que el experimento mental de mecánica cuántica postula que si un gato está sellado en una caja con una sustancia mortal, no puedes saber si todavía está vivo hasta que abras dicha caja.
Está simultáneamente vivo y muerto. Y eso pasa con la banca en el símil. Es el asunto pasajero o es crisis general. Y además de lo clásico bancario hay que ver la arquitectura de supervisión y regulación establecida después de 2008 para saber si el sistema funciona.
Es un resultado binario: el gato no puede estar un poco muerto. Silicon Valley Bank, Silvergate Bank y Signature Bank, estuvieron inusualmente expuestos al riesgo de tasas de interés tanto a través de su clientela como de sus activos por bonos a largo plazo que tuvieron que venderse con una gran pérdida para canjear depósitos.
First Republic, atrapada en preocupaciones sobre la liquidez. Y, el banco suizo preocupaciones de confianza y liquidez. Pero a diferencia del 2008, los bancos están mucho mejor capitalizados y regulados que antes de la crisis financiera mundial. Los Centrales han intervenido como prestamistas de último recurso.
La Reserva Federal de los Estados Unidos, el Tesoro y la FDIC, garantizaron todos los depósitos para SVB y Signature Bank, y la Fed creó un nuevo programa de préstamos, el Programa de Financiamiento a Plazo del Banco, para que los bancos con valores submarinos en los libros accedan a la par. Hubo también respuesta rápida con el Credit Suisse.
La mala noticia es que hasta ahora no se ha restablecido la confianza en el sector bancario. First Republic sigue bajo presión, incluso después de recibir US$ 30 mil millones en depósitos de bancos más grandes.
Y, los datos de la Fed mostraron que se prestó US$ 11.900 millones y un récord de US$ 152.900 millones a través de la ventana de descuento, generalmente estigmatizada.
Hay según la analista Greene, mucho por hacer para no saturar aún más la caja con el gato dentro y debemos creer que sigue vivo.
Los mercados privados podrían socavar la estabilidad financiera. Hay que recuperar la confianza en el sistema pues si el gato está vivo, este no tiene 7 vidas Ver: https://www.ft.com/content/23f56227-ec57-4de8-9127-2f94b53d7864