Antonia Colibasunu, para Geopolitical Futures, confirma que la agrupación BRICS no tiene otra función que promover una retórica elevada y gestos simbólicos. Eso que fueron a Kazan Rusia, los incluidos el año pasado: Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos.
Varios países dieron marcha atrás. Argelia retiró oficialmente su solicitud de adhesión a principios de este mes. Argentina aceptó la invitación, pero cambió de postura tras la elección de Javier Milei como presidente. Arabia Saudita, aún espera su confirmación de asistencia. Considerando lo mucho que Riad valora su asociación en materia de defensa y seguridad con Washington, así como los beneficios poco claros de la membresía del BRICS, es poco probable que los saudíes se unan pronto.
Tal vez una sorpresa mayor, al menos para Rusia, fue la decisión de Kazajstán este mes de no intentar convertirse en miembro del BRICS.
En cambio, el presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev, fue a la cumbre y abogó por reformar el sistema de las Naciones Unidas, en particular para amplificar la voz de potencias medianas como Kazajstán, cuyos dirigentes están preocupados de que unirse al BRICS pueda alinear su política exterior demasiado estrechamente con la de China y Rusia, alejando a sus socios estratégicos occidentales en un momento en que están interesados en invertir en la región. Esto irritó al gobierno ruso, que ,posiblemente en represalia, prohibió la importación de algunos productos agrícolas kazajos poco después del anuncio de Astaná.
El Kremlin esperaba más, pero no se logró. El año pasado en la Cumbre de Sudáfrica, Putin, no participó en Johannesburgo debido a una orden de arresto de la Corte Penal Internacional emitida en su contra por presuntos crímenes de guerra cometidos en Ucrania. Lo hizo virtualmente. Las discusiones en Kazan eludieron la cuestión de Ucrania, probablemente para disgusto del Kremlin.
El caso es que Putin aprovechó la reunión para criticar las sanciones occidentales contra su país y destacar el potencial del bloque para desafiar el dominio económico y financiero de Occidente. Y, presentó la visión de Moscú de que la invasión de Ucrania era necesaria para la seguridad de Rusia y que tomaría tiempo llegar a una resolución dada la complejidad del conflicto.
Aunque apoyó las críticas de Rusia a la hegemonía occidental y enfatizó la importancia de un orden mundial multipolar, el presidente chino, Xi Jinping, destacó la urgencia de evitar una “nueva guerra fría” y llamó a la coexistencia pacífica.
De manera similar, el primer ministro indio, Narendra Modi, se mantuvo fiel a la política exterior de larga data de no alineamiento de su país y abogando por la diplomacia para resolver los conflictos.
La alternativa al sistema monetario global dominado por el dólar, reiterada en casi todas las cumbres, no tuvieron acciones concretas para convertir este sueño en realidad.
Se cree que será imposible lograr un progreso real en materia de cooperación económica a menos que las dos mayores economías del bloque, China e India, superen sus diferencias y cooperen en iniciativas compartidas.
Como el mayor exportador de trigo del mundo, Rusia introdujo una bolsa de granos y otros productos BRICS para impedir las sanciones y las fluctuaciones de precios occidentales;pero estas han impedido que Rusia acceda a la financiación del banco de desarrollo de los BRICS desde 2022, lo que hace complejo hacer realidad esta visión.
En rigor entonces ,la cumbre de los BRICS sólo fue un éxito simbólico material de propaganda para Rusia, y para que Putin se tomara fotografías junto a los otros líderes del BRICS y expresaran conjuntamente sus frustraciones por la escasa representación de sus países en los organismos de gobernanza global. Ver: https://geopoliticalfutures.com/brics-runs-into-a-wall/