En un edificio de la FED, en Manhattan New York, hay en bóvedas US$ 250,000 millones en 507,000 lingotes de oro que son un 25% de la existencia del metal en el planeta.
Durante siglos, los reyes clamaron por tenerlo en sus manos. Carlomagno conquistó gran parte de Europa después de saquear grandes cantidades de oro de los ávaros. Cuando el rey Fernando de España envió exploradores al nuevo mundo en 1511, les dijo que «consiguieran oro, humanamente si podían, pero a pesar de todos los peligros, consigan oro».
La fiebre del oro se desató, cuando James Marshall, un trabajador, encontró una hojuela de oro mientras construía un aserradero en Sacramento, California, en 1848.
El 9 de abril, su precio al contado alcanzó un récord de 2.364 dólares la onza, tras haber subido un 15% desde principios de marzo. El hecho de que el oro esté subiendo tiene cierto sentido: el metal es visto como una protección contra la calamidad y las dificultades económicas. Pero su historia enseña que ello es solo hasta cierto punto.
Información oficial, muestra que los bancos centrales compraron cerca de 400 toneladas de oro durante el tercer trimestre del 2022, lo que supone un gran incremento, especialmente los de China, Turquía e India. El ritmo de esta tendencia se ha acelerado. Con el fin de diversificar sus participaciones en divisas y reducir su dependencia del dólar estadounidense, han ido aumentando sus reservas de oro en los últimos 13 años.
El Consejo Mundial del Oro (WGC)explica que la cantidad total del metal demandado por los bancos centrales en 2022 y 2023 ha superado todos los totales anuales desde 1967 con 673 toneladas.
Estados Unidos, por mucho, es el mayor reservorio de oro en el mundo, con 8.133 toneladas.
Rusia y China han sido los mayores compradores de oro en las últimas dos décadas. El Banco Popular de China fue el mayor comprador de oro el año pasado, con 225 toneladas.
Siete de los principales países por reservas de oro también se encuentran entre las 10 economías más grandes.
Los siguientes están concentrados en Europa; sigue Alemania, con 3.353 toneladas; Italia, con 2.452 toneladas, y Francia, con 2.437. Luego Rusia y China, con 2.333 y 2.192 respectivamente. Y los últimos puestos van por parte de Suiza (1.040), Japón (847), India (801), Holanda (612) y Turquía (479).
El WGC mantiene datos de este sector desde el 2000, y esta cantidad de demanda es más del doble del récord anterior, establecido en el tercer trimestre de 2018.
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