Para el Financial Times, Mohamed el Erian, a pesar de que no tiene rival para largo como reserva, el dólar enfrenta varios desafíos no económicos, por un sistema internacional cada vez más fragmentado, dado que la política y la seguridad es cada vez más relevante.
Se presenta entonces una dicotomía, el colaborar más para fortalecer el multilateralismo, o adoptar el desacoplamiento económico para una mayor mitigación de riesgos por parte de los estados individuales.
El papel del dólar como moneda de reserva es ineluctable, pues los EEUU tienen la mayor economía, amplitud de mercados financieros y el respeto por el estado de derecho. El “Privilegio exorbitante” señalado por un ministro francés en la década de 1960, es un mayor poder para cambiar su propia moneda por bienes y servicios de otros países, mientras tiene acceso a un grupo más grande de bajo costo en financiación.
Pero esto tiene en la crisis financiera mundial del 2008 y la imposición de aranceles comerciales en 2017, problemas.
Pero al menos en el plazo corto y tal vez mediano, “el síndrome de la camisa sucia más limpia» los ha salvado de una situación complicada.
Pero la suba del interés por la Fed, ha agravado el problema, más el creciente énfasis en la resiliencia en las estrategias económicas y empresariales.
Y eso se nota en el reemplazo en operaciones comerciales en diversos países. China está activo en esto y renueva su iniciativa de la Franja y la Ruta y se muestra renuente a lo que le solicita el FMI con sus préstamos externos.
Lo de la confiscación de parte de las reservas de Rusia ha hecho a varios países reducir su dependencia de la moneda estadounidense.
Y entonces le queda a los EEUU favorecer el multilateralismo o el desacoplamiento.
Eso se ha discutido en la última reunión del G7 en Hiroshima, que probablemente resulte en un término medio inestable en lugar de un nuevo equilibrio viable, aunque un multilateralismo más inclusivo respaldado por un sistema sólido basado en normas, sin duda ofrece mayores beneficios en comparación con las alternativas. Pero la economía ya no es la que impone , sino las fuerzas combinadas de seguridad nacional, política y geopolítica.
El analista concluye que fomentar la reducción del riesgo como el desacoplamiento de las cadenas de suministro transfronterizas y los pagos transfronterizos, es una inversión que el sistema multilateral debilitado secularmente no puede contrarrestar eficazmente sin un nuevo esfuerzo importante que al menos saque manchas de la camisa sucia. Ver: https://geopoliticalfutures.com/a-simplified-guide-to-the-debt-crisis/