Hemos ya tratado in extenso el tema del “Techo de Deuda” con las alternativas expuestas por Paul Krugman, y el sentir de Yellen, la Secretaria del Tesoro, quejándose de las consecuencias catastróficas de incumplir
pagos, cuando faltan pocos días para la decisión. El techo estaba en US$31.4 billones, lo que se superó el pasado 19 de enero.
Este techo, persigue restringir el gasto gubernamental lo suficiente, como para mantener los déficits del gobierno bajo control y su carga de deuda baja y estable.
Desde el año 1960, se ha logrado llegar a acuerdos de último momento y el Congreso ha actuado 78 veces por separado para aumentar permanentemente, extender temporalmente o revisar la definición del límite de deuda, pero la intensa división actual entre los dos partidos genera dudas sobre la superación de esta coyuntura.
Por ello se ha convertido en un obstáculo altamente disruptivo en el proceso fiscal, generando una lucha política improductiva que ha causado nerviosismo en los mercados financieros, empresas y hogares.
Los más bullangeros señalan que esto podría causar una crisis económica grave, con impactos en el empleo, los mercados financieros y la capacidad de las empresas y hogares para obtener préstamos, amén de la calificación crediticia del país.
La Oficina de Presupuesto del Congreso, el Dpto del Tesoro e investigadores, advierten que el mercado de valores caería un 45% con diversas y nefastas consecuencias.
Se ha llegado a exponer en el análisis, que Alexander Hamilton, el primer Secretario del Tesoro de la nación, estableció este principio en la fundación del país, cuando acordó pagar a los inversores de bonos de la Guerra Revolucionaria el 100% de su valor nominal, incluso cuando los bonos se
negociaban a centavos en el dólar, ya que pocos creían que el nuevo gobierno estadounidense cumpliría con sus deudas. Ello estableció la sólida reputación crediticia de Estados Unidos, asegurando un refugio seguro a nivel mundial y dando a los EEUU beneficios económicos a lo largo de las
generaciones incalculables.
Pese a las tribulaciones y ataques desmedidos al dólar como reserva, más de la mitad de moneda extranjera del mundo se mantienen aún en dólares, una disminución repentina en su valor podría afectar al mercado de bonos del Tesoro y amenazar con llevar a algunas economías emergentes a una crisis de deuda.
La inestabilidad del dólar podría beneficiar a países como China, que busca posicionar su moneda aunque actualmente representa apenas un 3% de las reservas extranjeras.