Cuando el fascismo y la guerra amenazaban Europa Irving Berlín decidió escribir una canción por la paz. Como se sabe, Berlín nacido en Bielorrusia y nacionalizado estadounidense fue un compositor y letrista de Broadway. Uno de los más prolíficos y famosos de la historia contemporánea de América, De él se dice que Irving no tiene ningún lugar en la música americana, él es la música americana. Se cuenta que Irving recordó una versión inédita de una que había guardado en un baúl, la sacó y le dio forma de segundo himno nacional. Había creado “God save the America”.
En este marco, Gideon Rachman señala que el regreso de Donald Trump no significa necesariamente el fin de la grandeza estadounidense y es por eso que señala el por qué sigue creyendo en los Estados Unidos y escribe una nota en el Financial Times https://www.ft.com/content/90683d77-783b-433b-9e06-c4f373258b8c
Gideon es un reconocido periodista británico, con un brillante carrera académica y profesional, graduado en la Universidad de Cambridge. Es desde el año 2006, el columnista jefe de Asuntos Internacionales del Financial Times y sus criticas se centran en aquellos líderes que practican el culto a la personalidad y el deprecio al Estado.
Toma una similitud de célebre la cinta El Padrino a través de Americo Bonasera, quien “Cree en los EE.UU.“, pero ha perdido la fe y va donde el capo de la mafia, Don Corleone por venganza. Allí relaciona este particular comienzo, con aquello de que Donald Trump les dice a los votantes que es él su retribución, dirigiéndose a aquellos que han sido «agraviados y traicionados» por el sistema.
En particular, Trump está por delante de Joe Biden en las encuestas para las elecciones presidenciales del 2024;.es el favorito de las casas de apuestas, no sólo para la nominación republicana, sino para la presidencia.
¿Cómo se puede mantener la fe en Estados Unidos, cuando los votantes parecen estar a punto de elegir a un hombre que enfrenta un juicio por tratar de anular las últimas elecciones presidenciales?
Es que ¿»Creer en Estados Unidos» puede significar lo que Estados Unidos representa o que, puedes creer que Estados Unidos saldrá bien al final de todos sus problemas?
Hay relación, entre ambas acepciones, señala Gideón, pero no es lo mismo.
Y es que aquello de que todo es ok, ha llevado, a lo largo de los años, a algunas discusiones amargas. Incluso en Gran Bretaña, que se cuenta a sí misma como el aliado más cercano de Estados Unidos.
Ya sea la guerra de Vietnam, la acumulación de armas de Ronald Reagan, la guerra de Irak o la violencia armada, los críticos apasionados de Estados Unidos siempre han tenido mucho que señalar. Porque los Estados Unidos ha hecho cosas terribles.
Pero en los tres grandes enfrentamientos globales del siglo pasado, la Primera Guerra Mundial, la Segunda y la Guerra Fría, Estados Unidos estuvo en el lado correcto y que prevaleciera la democracia asegura el hombre del Financial Times.
Por eso cree que Estados Unidos saldrá adelante al final.
Y para él la prueba son los 80 años en que ha sido el «líder del mundo libre», con una red adecuada de alianzas.
Pero hay quienes creen que, en un segundo mandato de Trump, esa sensación de tranquilidad podría desaparecer.
Muchos partidarios de Trump responderán que, si su hombre gana las elecciones, su victoria sería un ejemplo de democracia en acción, no de un deslizamiento hacia la autocracia.
Pero Trump es alguien que ya ha demostrado que no respeta el más básico de los procedimientos democráticos: unas elecciones libres.
Gideon refiere que su promesa de «represalias» también implica repetidas amenazas de enjuiciar a sus enemigos políticos, que van desde el propio Biden hasta Mark Milley, exjefe del Estado Mayor Conjunto.
A diferencia de las acusaciones contra Trump, estos no serían casos presentados por fiscales independientes serían juicios políticos ordenados por el líder del país.
Ese es el sello distintivo de una autocracia.
Entonces, ¿cómo sigo creyendo en Estados Unidos en esas circunstancias?
En primer lugar, y lo más obvio, no se predice nada. Eso es eso “Un guess”.
Todavía faltan muchos meses para las elecciones de noviembre.
En segundo lugar, el período de grandeza y liderazgo global de Estados Unidos siempre ha estado involucrado en la agitación y el melodrama, desde el asesinato de John F. Kennedy en 1963 hasta la «guerra contra el terrorismo» bajo George W. Bush.
Al final, el país siempre se enderezó y su dinamismo subyacente y su sistema constitucional se reafirmaron.
Por lo tanto, parece poco probable que este último melodrama, «La novena temporada de América», como algunos lo llaman, lleve a la serie a una conclusión definitiva y trágica. Incluso el melodrama puede ser un signo de vitalidad tanto como de enfermedad, afirma el autor de esta nota.
Estados Unidos es un país con una vena rebelde y antisistema que le permite sacudir las cosas y reinventarse constantemente.
Votar por Trump es una señal de que la gente está exigiendo un cambio fundamental.
La duradera popularidad de Trump puede incluso estar provocando tardíamente un necesario autoexamen por parte de la élite estadounidense.
El esfuerzo de Biden, por volver a situar la igualdad en el centro de la política económica estadounidense es un ejemplo de esa corrección.
También lo es el comienzo de una reacción violenta contra el pensamiento «woke».
Gideon señala que un asesor de Biden, en un momento de introspección, le dijo que : «Nos hemos dado cuenta de que mucha gente tiene miedo de la izquierda estadounidense».
Pero los Estados Unidos no es Hungría.
Es un país grande y complejo con muchas fuentes diferentes de poder y riqueza.
Trump y sus acólitos no pudieron doblegarlos a todos en solo cuatro años y eso es evidente.
Así que todavía puedes contarme, señala el autor de la nota, como alguien que «cree en Estados Unidos”. Y eso es el personaje del Padrino aludido al comienzo, es decir Américo Bonasera y yo, concluye Gideon Rachms, en esta nota escrita para que todos la comprendan y la asimilen, aunque la predicción no sea del todo valedera, pero vale la atingencia, sin duda alguna.
Cuando el fascismo y la guerra amenazaban Europa Irving Berlín decidió escribir una canción por la paz. Como se sabe, Berlín nacido en Bielorrusia y nacionalizado estadounidense fue un compositor y letrista de Broadway. Uno de los más prolíficos y famosos de la historia contemporánea de América, De él se dice que Irving no tiene ningún lugar en la música americana, él es la música americana. Se cuenta que Irving recordó una versión inédita de una que había guardado en un baúl, la sacó y le dio forma de segundo himno nacional. Había creado “God save the America”.
En este marco, Gideon Rachman señala que el regreso de Donald Trump no significa necesariamente el fin de la grandeza estadounidense y es por eso que señala el por qué sigue creyendo en los Estados Unidos y escribe una nota en el Financial Times https://www.ft.com/content/90683d77-783b-433b-9e06-c4f373258b8c
Gideon es un reconocido periodista británico, con un brillante carrera académica y profesional, graduado en la Universidad de Cambridge. Es desde el año 2006, el columnista jefe de Asuntos Internacionales del Financial Times y sus criticas se centran en aquellos líderes que practican el culto a la personalidad y el deprecio al Estado.
Toma una similitud de célebre la cinta El Padrino a través de Americo Bonasera, quien “Cree en los EE.UU.“, pero ha perdido la fe y va donde el capo de la mafia, Don Corleone por venganza. Allí relaciona este particular comienzo, con aquello de que Donald Trump les dice a los votantes que es él su retribución, dirigiéndose a aquellos que han sido «agraviados y traicionados» por el sistema.
En particular, Trump está por delante de Joe Biden en las encuestas para las elecciones presidenciales del 2024;.es el favorito de las casas de apuestas, no sólo para la nominación republicana, sino para la presidencia.
¿Cómo se puede mantener la fe en Estados Unidos, cuando los votantes parecen estar a punto de elegir a un hombre que enfrenta un juicio por tratar de anular las últimas elecciones presidenciales?
Es que ¿»Creer en Estados Unidos» puede significar lo que Estados Unidos representa o que, puedes creer que Estados Unidos saldrá bien al final de todos sus problemas?
Hay relación, entre ambas acepciones, señala Gideón, pero no es lo mismo.
Y es que aquello de que todo es ok, ha llevado, a lo largo de los años, a algunas discusiones amargas. Incluso en Gran Bretaña, que se cuenta a sí misma como el aliado más cercano de Estados Unidos.
Ya sea la guerra de Vietnam, la acumulación de armas de Ronald Reagan, la guerra de Irak o la violencia armada, los críticos apasionados de Estados Unidos siempre han tenido mucho que señalar. Porque los Estados Unidos ha hecho cosas terribles.
Pero en los tres grandes enfrentamientos globales del siglo pasado, la Primera Guerra Mundial, la Segunda y la Guerra Fría, Estados Unidos estuvo en el lado correcto y que prevaleciera la democracia asegura el hombre del Financial Times.
Por eso cree que Estados Unidos saldrá adelante al final.
Y para él la prueba son los 80 años en que ha sido el «líder del mundo libre», con una red adecuada de alianzas.
Pero hay quienes creen que, en un segundo mandato de Trump, esa sensación de tranquilidad podría desaparecer.
Muchos partidarios de Trump responderán que, si su hombre gana las elecciones, su victoria sería un ejemplo de democracia en acción, no de un deslizamiento hacia la autocracia.
Pero Trump es alguien que ya ha demostrado que no respeta el más básico de los procedimientos democráticos: unas elecciones libres.
Gideon refiere que su promesa de «represalias» también implica repetidas amenazas de enjuiciar a sus enemigos políticos, que van desde el propio Biden hasta Mark Milley, exjefe del Estado Mayor Conjunto.
A diferencia de las acusaciones contra Trump, estos no serían casos presentados por fiscales independientes serían juicios políticos ordenados por el líder del país.
Ese es el sello distintivo de una autocracia.
Entonces, ¿cómo sigo creyendo en Estados Unidos en esas circunstancias?
En primer lugar, y lo más obvio, no se predice nada. Eso es eso “Un guess”.
Todavía faltan muchos meses para las elecciones de noviembre.
En segundo lugar, el período de grandeza y liderazgo global de Estados Unidos siempre ha estado involucrado en la agitación y el melodrama, desde el asesinato de John F. Kennedy en 1963 hasta la «guerra contra el terrorismo» bajo George W. Bush.
Al final, el país siempre se enderezó y su dinamismo subyacente y su sistema constitucional se reafirmaron.
Por lo tanto, parece poco probable que este último melodrama, «La novena temporada de América», como algunos lo llaman, lleve a la serie a una conclusión definitiva y trágica. Incluso el melodrama puede ser un signo de vitalidad tanto como de enfermedad, afirma el autor de esta nota.
Estados Unidos es un país con una vena rebelde y antisistema que le permite sacudir las cosas y reinventarse constantemente.
Votar por Trump es una señal de que la gente está exigiendo un cambio fundamental.
La duradera popularidad de Trump puede incluso estar provocando tardíamente un necesario autoexamen por parte de la élite estadounidense.
El esfuerzo de Biden, por volver a situar la igualdad en el centro de la política económica estadounidense es un ejemplo de esa corrección.
También lo es el comienzo de una reacción violenta contra el pensamiento «woke».
Gideon señala que un asesor de Biden, en un momento de introspección, le dijo que : «Nos hemos dado cuenta de que mucha gente tiene miedo de la izquierda estadounidense».
Pero los Estados Unidos no es Hungría.
Es un país grande y complejo con muchas fuentes diferentes de poder y riqueza.
Trump y sus acólitos no pudieron doblegarlos a todos en solo cuatro años y eso es evidente.
Así que todavía puedes contarme, señala el autor de la nota, como alguien que «cree en Estados Unidos”. Y eso es el personaje del Padrino aludido al comienzo, es decir Américo Bonasera y yo, concluye Gideon Rachms, en esta nota escrita para que todos la comprendan y la asimilen, aunque la predicción no sea del todo valedera, pero vale la atingencia, sin duda alguna.
