Por: Federico Prieto Celi / Diputados y Senadores ¿otra vez?

por | Nov 7, 2020 | Sin categoría

Por: Federico Prieto Celi / El predictamen que propone la reforma constitucional para restaurar el Senado, considera 60 senadores y 130 diputados. El 9 de diciembre de 2018 se realizó un referéndum, cuya cuarta pregunta era: ¿Aprueba la reforma constitucional que establece la bicameralidad en el Congreso de la República? La respuesta del pueblo fue NO, con 13’949 831 votos. [Dejemos aparte el pleito entre poderes del estado de si paridad de parlamentarios, de si los votos de confianza son así o asá, etcétera].

Queda claro que se va a volver a debatir el tema en el Congreso, a pesar de que el pueblo mayoritariamente ha dicho que NO a esta propuesta hace dos años. Una manera de acercar el SI y el NO, sería reducir el número de parlamentarios. Bastaría 30 senadores: uno por departamento-región, y varios por Lima.

El número de diputados se podría reducir a 60: dos por departamento-región, y el resto por Lima. Ello suma 90 parlamentarios, 40 menos que los 130 actuales, porque no queremos cantidad sino calidad. Y no queremos dispendio sino ahorro.

Pienso que la tragedia del primer poder del estado es la proliferación de normas constitucionales, leyes y reglamentos que atan la dinámica de los partidos y del funcionamiento del parlamento, restándole iniciativa y creatividad. Por tanto, no soy partidario de muchas leyes, sino de reducir el número de normas.

El mayor prestigio del Congreso en el siglo XX fue cuando no existía tanta legislación. En la primera parte y a mediados del siglo. Conforme se iba regulando todo, la gente valiosa se fue apartando de intervenir. Hasta llegar a lo que tenemos ahora.

Tomarse a juego este predictamen, o usarlo para continuar el pleito del parlamento con el ejecutivo, es una irresponsabilidad política y una burla al electorado, tanto más si viniera del jefe del estado. Por supuesto la imposición de igualdad de género cuantitativa de parlamentarios es un gesto demagógico lamentable, que no debe volver a plantearse.

Tenemos que pensar, por ejemplo, si los parlamentarios reciben, además de sus sueldos, gastos de representación, dinero para viajes, seguros privados de enfermedad y de vida, y a lo mejor (o a lo peor) una pensión de jubilación.

Es cierto que el Senado ha funcionado mejor que la Cámara de Diputados a lo largo del tiempo. Que los ex presidentes han sido senadores vitalicios, como aún lo son en otros lares, como Uruguay [siempre que no estén atrapados en la red del poder judicial].

Pero si de lo que se trata es de crear un mayor número de asientos políticos para vivir a costa del dinero fiscal, que es lo que parece buscar ese predictamen, es claro que el pueblo ha dicho NO y que si se le volviera a preguntar volvería a decir NOOOO.

El importante que los parlamentarios respondan a las expectativas de los partidos, y la de los partidos a las expectativas de los electores. Ese es el sistema democrático. De lo contrario, lo que se daña es la democracia misma.

(*) Periodista y analista político.

(*) La Dirección no se hace responsable por los artículos firmados.


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