Por: Federico Prieto Celi / El Ángelito del 11, parlamentario

por | Ago 18, 2020 | Sin categoría

Por: Federico Prieto Celi / El 12 de agosto falleció Gian Carlo Vacchelli, el angelito del 11, comentarista deportivo de RBC Televisión Canal 11 de Lima y parlamentario por Fuerza Popular de 2011 a 2016.  Su esposa narró en Facebook: “Mi angelito, mi esposo, compañero. Hoy es un día muy triste para mí, sé que Dios hace las cosas correctas y lo más justo, como me dijiste, era la muerte y lo Injusto era para los que quedamos aquí, amor ayer que lograste salir del paro cardiorespiratorio sólo despertaste para decirme que me amabas y que extrañabas mucho a tu mamá y que querías irte con ella”.

Lo conocí en el canal de Ricardo Belmont Casinelli, donde yo era jefe de informaciones. Gian Carlo Vacchelli había nacido con osteogénesis imperfecta, es decir deficiencia de colágenos que impide el crecimiento normal de los huesos y que los hace más frágiles. Era un hombre bueno e inteligente  pero inevitablemente llamaba la atención. Lo eligieron parlamentario porque su público de hinchas deportivos seguía su programa y seguramente ello le votaron, pero uno no deja de pensar si ese era su lugar en la vida, teniendo en cuenta  los sentimientos generosos que provocaba su presencia.

Me recuerda algo, positivamente, la película Wonder de Netflix (2017), basada en un libro de la escritora colombiana Raquel Jaramillo Palacio y protagonizada por Julia Roberts, Owen Wilson y Jacob Tremblay. Más allá de dar la condolencia a su esposa, rindiéndole homenaje por haber sabido enfrentar con dignidad y valentía la singularidad de su salud, hay que reconocer que las campañas electorales parlamentarias deben sustentarse primero por la preparación profesional política de los candidatos.

He visto muchos casos criticables de listas elaboradas poniendo como jale a una figura popular, pero sin la preparación adecuada para ser congresista. No cito nombres, pero hemos visto en un curul a una cabaretera que no distinguía entre Constitución y ley, y que hizo su campaña preservativo en mano;  a un hombre que le recortaba a la mitad el sueldo a su asesor para metérselo en el bolsillo; a una señora que inscribe a su empleada doméstica como asesora, para ahorrarse un pago insignificante; a un hombre que jura el cargo por Dios y por la plata –lo menciono pidiéndole disculpas a quien lo dijo porque, fue, lamentablemente para él, un lapsus linguae y no un acto intencional–; y a otro que hablando con su colega (se lo grabaron) le dijo que primero es su interés personal y después el interés de la nación, como narré en mi libro “Así se hizo el Perú”.

Ese tipo de personas no pueden estar ni como pre candidatos; no me refiero a Gian Carlo Vacchelli.  Porque he visto muchas veces cómo se elige: por escalafón partidario, por horas de dedicación al partido, por pago de las cuotas más altas para las campañas, por recomendación de los poderosos, o por la popularidad que tienen por motivos completamente ajenos a la política como el deporte.

  (*) Periodista y analista político.

 


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