Por: Federico Prieto Celi / En medio de un aburrimiento cósmico, no queda más remedio que pensar en salvar a la frágil democracia peruana, mediante la búsqueda de un buen presidente de la República para el periodo 2021-2026.
‘El Apra nunca muere’, decían sus militantes históricos. Ahora hay que demostrarlo mediante una fórmula de unidad, plasmada en un abrazo real entre Jorge del Castillo y Mauricio Mulder, haciendo una lista de candidatos parlamentarios de la siguiente generación y lanzando a la presidencia a un candidato conocido, aunque no sea afiliado, como Roque Benavides, escoltado con Castillo y Mulder. En febrero, el congreso del partido de la estrella anunció que el Apra incorporaría nuevas formas de hacer política y nuevos cuadros dirigentes partidarios.
Acción Popular tiene que ofrecer una plancha presidencial madura, tipo Alfredo Barnechea, Raúl Diez Canseco y Manuel Merino de Lama, por ejemplo, mejorando en lo posible la elección de los candidatos congresales para no perder espacio en el Parlamento. Es una elección crucial para el partido de la lampa, que se juega su existencia.
Fuerza Popular, el enésimo partido del fujimorismo, está deshojando margaritas, para encontrar la fórmula mágica para superar las heridas recibidas durante las dos últimas décadas por las otras corrientes partidarias, en una cruel carnicería. ¿Keiko Fujimori, Martha Chávez, Rosa Bartra? ¿O un invitado de polendas tipo Fernando Cillóniz, Ántero Flores Aráoz o Francisco Tudela?
Tres agrupaciones menos configuradas pero ya con un lugar propio, aunque en un segundo plano histórico, estaría conformado en primer lugar por el partido Solidaridad Nacional, que no llegó al parlamento -como el Apra- pero tiene vida suficiente, siempre que sepa elegir mejor a sus candidatos presidenciales y parlamentarios.
En segundo lugar, el partido chicha por excelencia, Alianza para el Progreso, que a pesar de su acertado nombre, tomado de un programa del presidente Kennedy para ayudar a América Latina, tiene como líder nato a César Acuña. Tanto el partido como el candidato fueron tachados por el Jurado Nacional de Elecciones en las lides pasadas.
En tercer lugar, el partido morado -inspirado en el Señor de los Milagros- de Julio Guzmán, que tiene aspiraciones presidenciales. En el horizonte de la clase política queda como esas personas que están en la foto en una segunda o tercera fila, pero con una firme intención de pasar a primer lugar. También fue tachado la vez pasada.
Candidatos no demócratas, rompiendo todo tipo de marcas del estado de derecho, encontramos a Antauro Humala (Dios nos libre), al Frente Agrícola del Perú (secta religiosa política) y al Frente Amplio (que está recogiendo saldos). Estas tres opciones son destructoras confesas del régimen económico y laboral de nuestra carta magna, lo que nos llevaría rápidamente a la ruina, teniendo en cuenta el estado lamentable en que el presidente Martín Vizcarra entregará el mando.
Nueve posibles candidaturas, que conforman tres grupos de tres partidos cada uno. Tres niveles de calidad, asimismo, para reflexionar sobre el nivel que queremos para la clase política del próximo quinquenio.
(*) Periodista y analista político.
