A menos de dos años de un cambio democrático de gobierno, es claro que entonces tendremos un cambio total de los poderes legislativo y ejecutivo, pero el poder judicial seguirá su camino escabroso, para detrimento de todos los peruanos. Por ello, lo que hay que ir mejorando es claramente la Fiscalía (lo peor), los jueces y magistrados (son pocos, para los que necesitamos, si queremos una justicia rápida) y la Policía Nacional. Como periodista pienso que también los medios de comunicación deben meditar cómo colaborar en esta gesta.
El Ministerio Público es el organismo autónomo que tiene como funciones principales la defensa de la legalidad, los derechos ciudadanos y los intereses públicos, la representación de la sociedad en juicio, para los efectos de defender a la familia, así como para velar por la moral pública; la persecución del delito y la reparación civil.
El Fiscal de la Nación preside el Ministerio Público y junto con los Fiscales Supremos Titulares constituyen la Junta de Fiscales Supremos. El Fiscal de la Nación interino es Juan Carlos Villena Campana, luego de la defenestración de la Fiscal Patricia Benavides, que jugó un rol protagónico importante en la caída del ex presidente de la República, el maestro primario Pedro Castillo Terrones.
La realidad nos dice que la manipulación ideológica de los caviares ha desnaturalizado la Fiscalía hasta el punto de requerir una limpieza a fondo. El escándalo mediático de sus errores y abusos ha sobresaltado a la sufrida sociedad.
La Administración de justicia funciona a través de sus órganos jerárquicos, jueces, cortes superiores y corte suprema. Su ejercicio funcional es autónomo e independiente en lo jurisdiccional. Tiene una gerencia general, unidades de gestión de despacho judicial, oficina nacional de justicia de paz y justicia indígena, así como una comisión nacional de productividad judicial, jurisprudencia , y un centro de investigaciones judiciales. Tradicionalmente, el subconsciente colectivo piensa que hay una grieta de corrupción permanente. La crítica está en un legalismo escrupuloso y lento, una falta de sensibilidad social ante los problemas que asume, y la intromisión de una manipulación ideológica caviar. Actualmente, la preside el juez supremo Javier Arévalo Vela.
La Policía Nacional del Perú. El ex presidente de la República, doctor Alan García Pérez, unificó equivocadamente a la Guardia Civil, la Policía de Investigaciones y la Guardia Republicana. Desde entonces las cosas han ido de mal en peor, pese a los esfuerzos, mayores o menores, de los ministros del Interior y comandantes de la Policía Nacional. Es preciso pasar la página y volver a la antigua división de instituciones, paso que ningún gobierno se ha atrevido a hacer a pesar de que todos se dan cuenta que es necesario hacerlo.
Y, dejando de lado sucesos coyunturales de tipo mediático, es indispensable fijar claramente la institución y la función de la Policía Judicial, en la inmediata investigación de los delitos de fragancia o las denuncias de delitos que recibe, recortadas a favor de la fiscalía.
El actual ministro del Interior es Juan José Santiváñez Antúnez y el comandante general de la Policía Nacional es el teniente general PNP Víctor Zanabria Angulo.
Periodista