Nuestra situación, es el resultado de años de desacuerdos y problemas políticos e institucionales que no han promovido mayor crecimiento económico, sumándole la corrupción.
Los esfuerzos que deben efectuarse para dinamizar la economía, no están siendo efectivos ya que las prioridades políticas van por otro lado, en el caso del Congreso y el Ejecutivo. Ambos poderes del Estado siguen maltratando la institucionalidad y están preocupados por su agenda de impunidad.
Un gobierno débil, un Congreso populista genera incertidumbre y puede llevar al precipicio, ya que la economía se encuentra en cuidados intensivos y al parecer no existe ni la más mínima idea de cómo aliviar al paciente. Tenemos un Estado que está a la deriva donde los que conducen no solo no gobiernan sino contribuyen al caos.
Desde LA RAZON le digo al ministro José Arista, disminuya el déficit fiscal y sea precavido en su manejo, usted ha recibido una economía con bajo crecimiento y con la regla del déficit fiscal rota.
No debemos superar el déficit en 2,4% del PBI y el porcentaje para el 2023 cerro en 2,8%. A pesar que hay un compromiso de: 2.4% el 2023 y 2% el 2024.
Un ejemplo de deficiente asignación del presupuesto: Vía Decreto Supremo N.° 044-2024-EF, el Poder Ejecutivo autorizó un crédito suplementario de S/ 50.4 millones al Congreso. Para financiar “gastos de personal, servicios y equipamiento”. Dicen saldo de balance 2023.
Pero antes con 180 congresistas y sin los modernos aparatos informáticos y menos oficinas, el presupuesto del Congreso era casi la mitad.
La incertidumbre política provocada por el Gobierno y el Congreso, toca la estructura del Poder público y privado, adicionándole la falta de acción de la Justica, sobre hechos de corrupción, generando desconfianza del inversionista y disminuye inversión privada.
El ruido político genera una sensación de precariedad de las autoridades.
Preguntas: ¿qué papel juega el Estado en el crecimiento de la riqueza? ¿Qué clase de Estado es bueno para el crecimiento, una democracia o una dictadura? ¿Es el Estado irremediablemente corrupto o incompetente? (Robert Skidelsky, profesor emérito de economía en la Universidad de Warwick).
Se debe reformular el rol del Estado, cambiar la estructura del aparato institucional. Hay que modificar la visión política y dar soluciones a problemas de la sociedad. ¿Son las políticas públicas suficientes para el desarrollo del país? ¿El programa económico es un problema?
La Constitución de 1993 establece en sus artículos 58° y 59°, que estamos en una economía social de mercado y que el Estado orienta el desarrollo del país. O sea, el Estado interviene cuando lo considera necesario.
La economía social de mercado implica competencia justa y libre elección del consumo, reconoce una política económica de mercado y una política social que regula la primera a través del Estado.
Señalo desde LA RAZON «Debemos construir una alternativa que ponga fin a la casta política parasitaria inútil que engaña, que hunde al Perú, y que implemente una economía social de mercado sin corrupción, con justicia para todos, y un modelo que termine con el robo de los políticos deshonestos y los empresarios rapaces que todo lo compran por lo bajo y se termine con los profesionales que engañan y que venden sus servicios a los mercenarios de la política”.
(*) Economista
