La crisis del Perú no termina, por eso en días de reflexión recordaré el caso de Poncio Pilatos. Vi la “Pasión de Cristo” según Mel Gibson. Estupenda. Quizás exagerado el martirio. La flagelación era excesiva para ser soportada por Cristo-Hombre, de unos 33 años (quizás un cincuentón porque alguna vez le preguntaron “¿Cómo hablas de Abraham si aún no has llegado a los 50 años?”). Fuera de eso, patética. Me repugna la pose seudoprogresista que quiere ver en el film una diatriba antijudía. No lo es, felizmente. Es solo un relato de lo acontecido; en que un pueblo fanático prefirió solicitar el indulto para Barrabás, un crudelísimo asesino cuasi terrorista, y no para Jesús.
Resulta singular la figura del Pro-Cónsul romano Poncio Pilatos; un cruel genocida, antes había crucificado a miles de judíos, según el historiador Flavio Josefo. Pero, paradójicamente, hizo cuanto pudo para salvar a Jesús. Pudieron influir el onirismo de su mujer, Prócula. Dijo no encontrarlo culpable. Lo envío donde el afeminado tetrarca Herodes, quien, también, se excusó de juzgarlo. Lo vistió de blanco, símbolo de inocencia o de locura. Quiso, Pilatos, saciar la ira de la multitud y ordenó el flagelamiento, pero fue inútil.
II
Pero, nos parece que el desarrollo de los sucesos fue éste: Jesús es conducido al amanecer por los jefes judíos y por los guardias a Pilatos, y es acusado de querer hacerse rey. Pilatos inicia su interrogatorio con Jesús del que deriva la convicción de su inocencia que manifiesta a los acusadores. Éstos entonces lanzan nuevas acusaciones contra Él, entre las cuales la de ser un revolucionario que ha turbado Palestina comenzando por Galilea. Oyendo hablar de Galilea, Pilatos aprovecha para enviar a Jesús a Herodes Antipas, presente de modo casual en Jerusalén. Sin embargo, Herodes, desilusionado e irritado por el obstinado silencio de Jesús, rechaza pronunciar un veredicto y se limita a carcajearse de la acusación de que pretendía ser rey (Ver Mc 15, Lc 23). Vestido de rey de comedia, Jesús es devuelto a Pilatos (cfr. Salguero, “Vida de Jesús”). En el Pretorio, la soldadesca romana continúa los ultrajes. Entretanto, la muchedumbre se había reunido para pedir al Procurador la gracia, con ocasión de la fiesta de Pascua, de liberar un preso. Pilatos, que tuvo el mensaje de su mujer y había conocido el fracaso del envío a Herodes, cada vez más convencido de la inocencia de Jesús, trata de servirse de la ocasión para liberar al Mesías, proponiendo a Jesús para ser liberado. Era la última ratio. La multitud azuzada hábilmente por los jefes, se dejó convencer de liberar a Barrabás y optó por la crucifixión de Jesús (Ver Mc, Mt y Jn). Pilatos declaró que Jesús era inocente, pero volvió al Pretorio y viendo a Jesús ultrajado y despreciado, pensó sacar ventaja de esto para mover a compasión a la muchedumbre y rechazar la acusación de que se trataba de un peligroso agitador; Jesús es presentado a los judíos en aquel estado: «Ecce Homo».
III
Desgraciadamente, se cumple lo que tenía que cumplirse. Se realiza lo que tenía que realizarse. La voluntad del Padre. Así como Judas tenía que traicionar. “Ve y haz lo que tienes que hacer”. Pilatos tenía que dejar actuar. Eran los papeles que el libreto de la historia les había deparado, como culpables sin libre albedrío. Sin libertad. El mérito de Pilatos, por más genocida que sea, es que siendo romano, estoico, cínico (“¿Qué es la verdad?”), politeista, se juega por un hombre que hablaba un idioma intelectual distinto, incomprensible, que predicaba el reino de otro mundo, sin legiones romanas, sin glorias terrenas. Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Hay que ponerse en su espacio y en su tiempo. Y no sentenciarlo por sus nefastos antecedentes. Sus detractores del siglo XXI qué habrían hecho en circunstancias análogas. Fue Pilatos un buen abogado empírico, pero no llegó a héroe. Los cristianos estamos entrenados en odiarlo, pero nos solidarizamos con nuestros hermanos judíos que fueron víctimas de sus crueldades de burocrata tiránico hace dos mil años.
(*) Jurista, exconstituyente, ex diputado y exsenador de la República.