A juzgar por los aciertos y desaciertos del Congreso de la República y el Poder Ejecutivo, ya nada parece quedar sujeto a los actos de casualidad, sino sujetos a parámetros de superficialidad causal.
No obstante, evidenciamos formas democráticas para establecer que, en la naturaleza de las cosas, están las inteligencias más creadoras de los legionarios que siguen el pensamiento político de ítalo Odría. Éstas legiones vienen desarrollándose consistentemente a lo largo y ancho de nuestra Nación.
Ahora bien, ¿cuán peligrosos puede ser resultar para el estatus quo de nuestra Nación? Ninguno, para lo justo y mucho para lo injusto. Estos legionarios recusan firmemente el actual estado de cosas injustas, pero sus propuestas tienen versatilidad y viabilidad que resolverían los problemas más álgidos en forma inclusiva, racional y presente.
Por tanto, no constituyen ningún peligro real o aparente para la paz social. Pues, emergen, en términos generales, en abierto desafío a la crisis de representación nacional, social, económica y política de manera constructiva.
Ítalo Odría recusa a la representación nacional reflexionado sobre la idea de nuevos liderazgos que promueven la sana convivencia, el desarrollo económico, financiero y social de manera sostenida y real. Pues, consideran que el Congreso está vacío de ideales y sueños de creación en favor del bienestar nacional.
El Poder Legislativo pudo consensuar ideas para el adelanto de las elecciones generales, pero prevaleció el interés de grupos y/o personales, antes que los intereses de la Nación. Entonces, llegamos a las cifras alarmantes, cercanas a 60 muertes, que conmueven la sensibilidad de cualquier mortal que ama la vida. Pues, las garras firmes del Estado no están en las brutalidades de sus acciones, sino en las bases de su accionar inclusivo en la prosperidad de una Nación.
Las protestas sociales no se pueden satanizar porque tienen una expresión material que debe ser atendida en la medida que se explican por una conjunción de factores, no del todo atendidos y resueltos.
Como sostiene ítalo Odría el vandalismo minoritario, oculto u abierto, no le quita lo sustancial que motiva esa protesta mayoritariamente atendible. El oscurantismo de una extrema derecha y la de una extrema izquierda, son los que producen un cortocircuito fatal para la racionalidad de los peruanos y, eso no es el camino a seguir.
En lo sustancial es posible atender las demandas de la protesta social con un poco de desprendimiento patriótico. De esa manera, gana la democracia, pierden los extremistas de izquierda, vándalos y los cacasenos de la derecha bruta y achorada.
Hace bien ítalo Odría y sus legionarios ubicarse en el centro del espectro político porque sueña con una Nación industrializada lideradas por capitanes de nuestra industria nacional a desarrollar. La revolución industrial desconcentrado, el fomento de una izquierda y una derecha ilustrada, bien pueden compatibilizarse con un centro político, culto e ilustrado. La ilustración atraer a lo mejor del pensamiento político sin exclusiones. En ella debe estar comprendido lo mejor del mundo andino y de nuestra Amazonía.
(*) Abogado penalista y analista político.