Es doloroso constatar que el Perú está muy distante de la reconciliación nacional. Si bien es cierto, nada resulta más humano que materializar el principio: Nadie merece morir en prisión. También lo es que: A nadie se le puede negar el acceso a la verdad, la justicia y la reparación. No obstante, hay muchas de esas heridas abiertas que no cicatrizan y nos duelen por la impunidad; tanto, que nos divide. Pero, ya Alberto Fujimori está viejo y enfermo pero aun así, cualquier decisión sobre su situación jurídica y humana no genera consensos entre los peruanos. A tal extremo que anula toda negociación por la gobernabilidad.
La prueba más evidente se expresa en la polémica decisión del Tribunal Constitucional que restituye los efectos jurídicos del indulto humanitario que el expresidente Pedro Pablo Kuczynski concedió, como consecuencia de negaciones políticas. No obstante, esta decisión ha polarizado, peligrosamente, a la ciudadanía, entre la adhesión y el rechazo absoluto. En este contexto, no resulta nada razonable las declaraciones destempladas del premier, tanto o más, como aquellas otras de la oposición.
Este asunto, ya está en manos de la Corte Interamericana Derechos Humanos quienes por control de convencionalidad determinarán si dicha decisión se ajusta o no a los parámetros establecidos en la Convención del cual Perú, forma parte. En efecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos asume competencia de control convencional sobre la decisión del Tribunal Constitucional peruano que restituye los efectos jurídicos del indulto humanitario a favor de Alberto Fujimori.
Revisará si el órgano jurisdiccional interno verificó la proporcionalidad entre una medida otorgada por el Poder Ejecutivo para resguardar el derecho a la vida e integridad de una persona condenada por graves delitos y el derecho al acceso a la justicia de las víctimas y sus familiares.
También verificará la ponderación (supra considerando 52, 53 al 57) y la comprobación rigurosa, estricta y objetiva de la concurrencia de los aspectos fácticos y requisitos jurídicos exigidos por la norma de la materia, respecto a las razones humanitarias del indulto. Para luego, emitir un pronunciamiento que el Estado peruano está obligado a acatar. Ninguna decisión de la Corte Interamericana fue desacatada por los Estados que forman parte de dicha Convención.
En suma, la polémica decisión del Tribunal Constitucional ha generado un gran revuelo innecesario en la ciudadanía y diversas organizaciones que defiende a los familiares de las víctimas de los casos: La Cantuta y Barrios Altos quienes acudieron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que analice la convencionalidad de la sentencia del Tribunal Constitucional.
Los familiares de Alberto Fujimori debieron solicitar el indulto humanitario sobre las bases reales de su evidente estado de salud y su avanzada edad. Nunca determinarse por negociaciones políticas. Alberto Fujimori, no vivirá mucho tiempo y, en el poco tiempo de vida que le queda, debería pedir perdón a los familiares de las víctimas, pagar la reparación civil y morir en paz fuera de prisión.
(*) Abogado penalista y analista político.
