Existen métodos reconocidos internacionalmente para medir la pobreza y extrema pobreza. Estas mediciones, son complejas dada su naturaleza multidimensional que cuentan con enfoques y criterios propios. El más común, es aquella que establece una línea de pobreza (LP), que tiene como punto referencial el umbral monetario mínimo. Conocido como línea de pobreza, mediante el cual se considera necesario para cubrir las necesidades básicas de una persona o familia.
De manera que, aquellas personas cuyos ingresos caen por debajo de esta línea de umbral se consideran pobres. ¿Cuán reales y certeras son estas mediciones? Es una cuestión puesta a debate por lo relevante y controvertible de los criterios utilizados. Es tiempo de sincerar el real contenido del concepto de pobreza y extrema pobreza.
Cifras oficiales publicadas recientemente por Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) dan cuenta de incrementos sustanciales en las cifras relacionada con la pobreza monetaria y desempleo. Dos importantes Indicadores claves para evaluar el bienestar de la población y las condiciones de vida de los hogares peruanos.
No es un serio problema de información sino de una imaginaria realidad que, como hecho relevante, indicaría un nivel de elevada vulnerabilidad. Peor aún si sinceramos criterios reales de medición. ¿Acaso no sería mejor, variar estas mediciones por ingresos, para aproximarnos mucho más en cuanto a la objetividad de la pobreza?
Por ejemplo, para el año 2023 La canasta básica alimentaria es de S/251 y para una familia de cuatro integrantes S/ 1,004. Si este es el umbral de la pobreza, entonces, ¿una familia de cuatro personas que supera los 2 mil soles mensuales dejo de ser pobre para convertirse en una ficción de persona rica o pudiente? Nada más ajeno a la realidad. Los países ricos o prósperos jamás emplearían este método de medición a partir de ingresos monetarios irrisorios.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) La medición de pobreza monetaria y extrema ser realiza mediante el indicador del gasto, debido a que esta variable se aproxima a la cuantificación de los niveles de vida a partir de lo que las personas y los hogares consumen, compran, adquieren productos y/o servicios. Por ejemplo, para el año 2023 La canasta básica alimentaria es de S/251 y para una familia de cuatro integrantes S/ 1,004. Si este es el umbral de la pobreza, entonces, ¿una familia de cuatro personas que supera los 2 mil soles mensuales dejo de ser pobre para convertirse en una ficción de persona rica o pudiente? Nada más ajeno a la realidad. Los países ricos o prósperos jamás emplearían este método de medición a partir de ingresos monetarios irrisorios.
No obstante, esas deficiencias de medición, es posible reducir dichos indicadores si se toman, en serio, medidas correctivas contra las causas que las generan. Si la premisa es incorrecta, los resultados también porque ya hemos vivimos una ilusión de prosperidad que no era tal. Debemos promover la generación de riqueza a través de la inversión privada y pública para impulsar un crecimiento sostenido y, no sostenible, del P.B.I.
Para salir de la pobreza hay que generar riqueza y para redistribuir acumular. Es inmoral redistribuir pobreza. Entonces, es tiempo de sincerar el contenido del concepto de pobreza para luego, a partir de esa dramática realidad, tomar acciones y/o iniciativas para reducirla sostenidamente. No hace nada bien el ruido político, enfrentamiento de poderes, inestabilidad institucional, etc. porque eso hace que las fuentes de crecimiento económico (inversión pública y privada) se Limiten en invertir.