La secretaria de prensa de la Casa Blanca, la afroamericana y homosexual Karine Jean-Pierre, declaró esta semana que “los niños de Estados Unidos nos pertenecen a todos” al defender la “transición de género” quirúrgica y química de los niños, promoviendo una visión de supuestos derechos estatales por encima de los derechos de los padres en este delicado tema.
En declaraciones al sitio web feminista de extrema izquierda Jezebel dijo que “tenemos que denunciar eso”, refiriéndose a la difusión de la legislación estatal que hace que las personas esperen hasta la edad adulta legal para recibir bloqueadores de la pubertad, hormonas cruzadas o la llamada cirugía de reasignación de sexo, es decir la irreversible mutilación para cambiar de sexo.
Es decir, la administración Biden ya está promoviendo abiertamente la idea que los hijos de los ciudadanos no son de ellos sino del estado. Eso es lo que está detrás de la malhadada frase “los niños de Estados Unidos nos pertenecen a todos”.
La preeminencia del estado en la formación de los niños por encima de los derechos de los padres es parte del ABC del globalismo progresista.
Al respecto existe un caso emblemático en Portugal, donde en el colegio Camilo Castelo Branco los padres de la familia Mesquita Guimarães, se negaron a que sus hijos Thiago y Rafael tomaran la asignatura Ciudadanía y Desarrollo. Debido a los enfoques feministas y a lo que a su entender era una equivocada educación sexual. Según los padres eran temas que debían enseñarse en casa según los valores de cada familia.
En principio lograron la exoneración y sus hijos fueron promovidos de año sin cursar esa asignatura. Su condición de excelentes estudiantes jugó a favor de la medida. Dos años más tarde, el ministro de educación emitió un pronunciamiento. Los hijos de la familia Mesquita Guimarães debían repetir el año. Pero no el año que estaban cursando, sino retroceder dos años atrás, pese a ser excelentes estudiantes. No se reconocerían sus logros por no haber sido aleccionados en sexualidad y feminismo por el estado.
Los padres recurrieron al poder judicial donde ganaron. El ministerio de educación emprendió entonces otra batalla: quitar la patria potestad a los padres por considerar que al negar a sus hijos el curso de Ciudadanía y Desarrollo, estaban incurriendo en maltrato infantil. Probablemente lo logren y el calvario de la familia enfrentando al totalitarismo progresista continúe.
La tendencia totalitaria promovida por el globalismo para que el estado reemplace a los padres en materias educativas en lo que eufemísticamente llaman salud reproductiva y sexual, que traducido a buen castellano es aborto, libertinaje, ideología de género, homosexualidad, destrucción de la familia y feminismo, viene con fuerza ye incluso pretende anular la patria potestad.
Los casos que mencionamos en los Estados Unidos y Portugal son cosa cotidiana en Canadá donde el acoso a las familias y a las empresas y el modelo de reeducación es tan perverso que solo lo podemos imaginar en una novela distópica al estilo de 1984 de Orwell. España, el Reino Unido, Australia y Argentina también podrían proveernos de cientos de historias para graficar esta guerra contra la familia. Quedamos notificados. En el Perú esto recién empieza.
